La Comisión de Normas Transitorias de la Convención Constitucional aprobó la indicación que establece que el actual Congreso necesitará un quórum de dos tercios para reformar la nueva Constitución en caso de que triunfe el Apruebo.
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Se trata de la enmienda número 4, la cual determina el guarismo que aplicará para los parlamentarios en ejercicio hasta que asuma el nuevo Poder Legislativo en 2026. A partir de entonces comenzará a regir un quórum más bajo que aún no se ha determinado por la instancia.
El texto fue respaldado por 24 votos a favor y cinco en contra, estando entre este último grupo los convencionales de Vamos por Chile y del Colectivo del Apruebo. Ahora será votado en el Pleno, donde precisamente necesitará dos tercios para volverse oficial.
La propuesta es criticada desde algunos sectores. Por ejemplo, la senadora Ximena Rincón (Democracia Cristiana) acusó que “la Convención está excediendo su mandato constitucional. No puede pretender dejar en la inmovilidad al Parlamento y fijar normas del actual Congreso Nacional”.
“Se está buscando dejar en la irrelevancia a un poder del Estado que representa a la ciudadanía”, criticó la parlamentaria.
Asimismo, el convencional Javier Fuschloher (Independientes No Neutrales) recordó que “desde el primer día en campaña dijimos que, por lo menos yo, queríamos una Constitución que fuera flexible, que fuera abierta al diálogo democrático y creo que los dos tercios no cumplen esa condición. Y se puede llegar perfectamente a otro quórum, como los tres quintos”.
En contraste, su par Constanza Schonhaut aseguró en La Tercera que “los dos tercios de la Constitución de los 80 es un cerrojo a un proyecto político marcado en dictadura. Los dos tercios que proponemos, o el quórum que sea, es una solución que viene de un proceso democrático”.
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“No es un cierre al debate, es un incentivo a la legislación. Otra diferencia es que el quórum de dos tercios en la Constitución del 80 era permanente. Duró 40 años. Este quórum es excepcional, simplemente para este período específico”, complementó.
Por otro lado, la comisión aprobó por 24 votos a favor, dos en contra y una abstención que la nueva Constitución entrará en vigencia diez días después de su promulgación, derogando de esta forma la Carta Fundamental de 1980.
Sin embargo, todas las normas necesarias para la actividad del Estado y su aseguramiento de los derechos fundamentales seguirán vigentes mientras no sean expresamente sustituidas, modificadas, derogadas, o declaradas inconstitucionales por la Corte Constitucional.
