Se da como un hecho científico que al comparar los años de un humano con los de un can, la equivalencia es de 1 a 7. Es decir, que un año de nuestra raza corresponde a siete de los de esta especie animal.
Pero un estudio publicado en “Cell Systems” muestra una fórmula distinta el estudio muestra un cálculo diferente, hecho por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California que establecieron una comparación basada en los patrones cambiantes de los grupos “metil” en los genomas de perros y humanos (una agrupación de moléculas y átomos de carbono), a medida que envejecen.
Así, ahora se propone que ambas especies no envejecen al mismo ritmo. Y que un perro de un año no es similar a un humano de siete años, sino que a uno de 30.
Y siguiendo su línea de vida, un perro de cuatro años sería equivalente un humano de 52 años, y a los siete años el animal empieza a envejecer mas lento que el hombre.
“Nuestra hipótesis tiene sentido al pensarlo, pues una perra de nueve meses ya puede tener cachorros. Por eso ya sabíamos que la proporción de 1:7 no era una medida precisa de la edad”, dijo Tina Wang, directora de la investigación.