Por cuatro semanas consecutiva las mediciones de Cadem han mostrado que el Rechazo podría ganarle al Apruebo en el Plebiscito de salida.
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Según el último sondeo, la diferencia entre ambas opciones se amplió a nueve puntos, lo que significa que el 46% de los encuestados preferiría que siga vigente la actual Carta Magna y sólo un 37% optaría por la nueva propuesta.
Y pese a que el texto aún no está listo, y a que quedan varias normas por votarse, la situación se está analizando con preocupación por parte de los partidos de centroizquierda.
Desde ahí, la postura oficial es jugársela porque, en lo que resta de plazo, los convencionales lo puedan hacer lo mejor posible, aunque en privado, reconocen que lo que se está aprobando por el órgano no sería lo que se esperaba ni lo mejor para el país. Por eso se encendieron las alertas, porque no quieren quedar “en un callejón sin salida”.
Sin embargo, en esta etapa, ninguno de los sectores se quiere aventurar en avanzar decididamente en una tercera vía.
La razones son varias, pero entre ellas, porque sería darle mayor protagonismo al Rechazo; porque no pueden deslegitimar el trabajo de la Convención, ni de sus propios representantes; porque nuevamente aparecerían como los actores que “cocinan” acuerdos entre cuatro paredes; y porque no pueden arriesgarse a que la mala evaluación ciudadana que ya se tiene de los partidos siga cayendo.
Nadie quiere aparecer como el que cambia las reglas del juego a última hora, pero ciertamente están mirando con “miedo” lo que pueda ocurrir.
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Por lo mismo, y como hoy se sienten de “brazos atados”, la mayoría comenta que esperarán a que el texto esté sistematizado, y ver si el Rechazo sigue aumentando, para evaluar acciones concretas, y quizás, mediante un acuerdo transversal.
Esto, porque desde Chile Vamos, Javier Macaya, presidente de la UDI, ha sido claro en plantear: “Estamos de acuerdo en que la Constitución actual fue superada por el plebiscito de entrada”.
En ese sentido, sostuvo que como coalición, más el Partido Republicano, se han preguntado si un eventual triunfo del Rechazo abre o no una tercera vía, “o una opción adicional”.
¿Qué opinan de eso en el oficialismo? Como indicó a Publimetro el senador Álvaro Elizalde, hay que enfocarse en que el Apruebo gane.
“La Constitución del ‘80 está política y socialmente derogada como resultado del Plebiscito que habilitó el proceso. Y yo espero que el texto que promueva la Convención convoque un respaldo mayoritario”, sostuvo.
Desde la misma tienda, Gastón Saavedra planteó que “con el documento de nueva Constitución en la mano, hay que tomar una decisión de cuál es el camino que seguimos. Si efectivamente puede aparecer una tercera alternativa, si lo dejamos tal cual y luego lo define el Congreso, o si pudiese haber una elección inmediata de nuevos constituyentes, porque si no se cumplen con las expectativas de la gente, no podrían continuar los mismos. Hay que evaluarlo con extrema responsabilidad”.
Por su parte, el timonel de la DC, Felipe Delpin, expuso que para ellos lo primero será tener el resultado del Plebiscito, pero recalcó que la convicción de la colectividad es tener una nueva Constitución.
“A estas alturas no cabría una reforma (...) Pero si gana el Rechazo, siempre va a ser posible que hagamos modificaciones, porque es necesario tener una Constitución que nos represente a todos”.
En el Partido Radical también están expectantes de lo que pueda salir de la Convención, y en un tono firme, su timonel, Alberto Robles, descarta “cheques en blanco”.
“Tenemos que escuchar y ver sobre todo las normas relacionadas con el sistema político (…) Nadie en Chile ni en ningún lado va a aprobar todo a todo evento”, subrayó.
Mirosevic pide tres meses más
Aunque diversos sectores de la Convención se habían resistido a la idea de pedir más plazo al Congreso, el diputado Vlado Mirosevic (PL) ingresó una reforma a fin de ampliar en tres meses el tiempo que con el que cuenta el organismo.
“Lo barato puede costar caro. Creemos que hay que hacerlo bien. La gente está esperando una buena Constitución”, sostuvo al argumentar la determinación, subrayando que “el espacio de reflexión, para llegar a acuerdos en la Convención es clave”.