El factor tiempo ha sido apremiante desde un inicio para la Convención. Pero a poco más de dos meses de que el órgano deba disolverse, las presiones tanto internas como externas han proliferado.
Aunque la mayoría de los convencionales opta por no adelantar su opción ante el Plebiscito, la discusión del Apruebo o el Rechazo se instaló, y cada semana los representantes enfrentan sondeos que dan cuenta de lo ajustado que podría ser el resultado, lo que para algunos implicaría el “fracaso” del proceso.
Eso, junto con las recriminaciones cruzadas de los constituyentes por la forma en que cada sector vota, los llamados a “moderarse”, las opiniones de dirigentes de partidos políticos, y las mil y un teorías sobre el proceso, han hecho que la tensión en el exCongreso esté llegando a niveles más que complejos.
“Estamos en momentos de definiciones y es normal que suba la tensión”, comenta desdramatizando el asunto Ignacio Achurra. Cree que pese a lo ajustado de los tiempos, sí están recogiendo las opiniones de la ciudadanía.
“La Convención no está en una cápsula, está inserta en el país, y por supuesto se va haciendo eco de las legítimas preocupaciones, aunque no de las noticias falsas”, advierte.
Asimismo, Giovanna Roa insiste en que han “recogido el guante”, lo que no implica que estén actuando bajo “la presión de pequeños grupos de poder”.
“Veo diálogo, veo que vamos avanzando a pesar de los malos ratos”, agrega.
Desde la otra vereda, en todo caso, descartan que sus pares de izquierda estén haciéndose cargo de los cuestionamientos, pues como ejemplifica Ruggero Cozzi, aún con todas las opiniones que escucharon, en la Comisión de Justicia se definió que el Ministerio Público estará dirigido por un Fiscal Nacional y un Consejo Superior.
“Se transforma al fiscal nacional en un mero adorno en la institución. Eso refleja que no se ha escuchado a los expertos y que vamos a tener una institución más burocrática”, sostiene el RN.
En línea, Rocío Cantuarias subraya que sus pares de la izquierda “no se han moderado en nada”, y prueba de ello sería que en Derechos Fundamentales se siguen aprobando normas que otorgan privilegios en función de la pertenencia a alguna etnia, cultura, identidades, género, etc.
En cualquier caso, para el cientista político Mauricio Morales lo que ya es evidente, es que se transita a una Constitución maximalista que podría tener hasta 450 artículos.
“En el ánimo por detallar tanto, algunos de los capítulos se han vuelto más un laberinto que un facilitador de las cosas”, dice, al tiempo que asevera que en la medida de que continúen las peleas de los convencionales, más caerá la confianza.
Con todo, Axel Callis, director de Tu Influyes, prefiere poner paños fríos y señala que como la gran mayoría de la ciudadanía desconoce los detalles del proceso, hay que esperar el texto final y las campañas respectivas para saber qué impacto tuvieron las diferentes situaciones.
Crece molestia por posturas de La Moneda
La relación de la Convención con La Moneda no vive sus mejores momentos.
Y es que mientras las izquierdas intentan contener las críticas por haber rechazado una indicación que habría dejado explícito en el borrador de nueva Constitución que los fondos que están en las AFP son inexpropiables, La Moneda continúa sus gestiones para que en el Congreso se apruebe una reforma a la actual Constitución que establecería lo mismo.
Ayer fue el vicepresidente Gaspar Domínguez quien insistió en su disconformidad en Cooperativa: calificó como “una impertinencia” la iniciativa del Ejecutivo.
Ante ello, la vocera Camila Vallejo respondió: “Esta medida no afecta ni lo que ha redactado el proceso constituyente, ni lo que nosotros ingresaremos como reforma previsional”.
Pero ese no ha sido el único cuestionamiento al Ejecutivo en los últimos días: también han tomado fuerza los reproches por el rol que jugaría Palacio ante el Plebiscito. Tanto sectores de convencionales como desde partidos políticos, les piden prescindencia.
Ahí, sin embargo, Vallejo reiteró que no son neutrales.
“Hemos caminado juntos durante décadas por contar con una nueva Constitución. Nuestro compromiso es que a la Convención le vaya bien”, subrayó.