Las fuerzas policiales ucranianas han comenzado a recolectar pruebas de lo que parecen ser asesinatos de civiles por parte de las fuerzas rusas. También intentan localizar a los desaparecidos de los pueblos y ciudades de la periferia de la capital, Kiev.
En Andriivka, una pequeña aldea situada a unos 60 kilómetros al oeste de la capital, dos policías de la cercana ciudad de Makariv acudieron a identificar a un hombre muerto, cuyo cuerpo fue dejado en un campo.
Junto a él, estaban las huellas de un tanque ruso que quedó a la orilla de un campo, detrás de algunas casas. La capitana Alla Pustova dijo que sólo en los dos últimos días han encontrado 20 cadáveres en la zona de Makariv.
La policía pasa de casa en casa, pidiendo información a los residentes, porque hay personas que siguen sin aparecer. Vasyl’ Malyuga, residente de Andriivka, recordó lo vivido.
Malyuga fue liberado después de tres días, pero dice que no sabe qué pasó con los demás. Las autoridades ucranianas declararon que, tras la retirada de las tropas rusas la semana pasada, se han encontrado los cadáveres de al menos 410 civiles en las afueras de la capital ucraniana, incluida en la localidad de Bucha, muchos de ellos con las manos atadas, balazos a quemarropa e indicios de tortura.
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