El millonario ruso y propietario del Chelsea Fútbol Club, Román Abramovich, ha sido asediado por su cercanía con el Kremlin. El oligarca tiene una fuerte relación con los gobiernos de Rusia desde 1991. En el contexto de la actual guerra de su país con Ucrania, se le han cerrado las puertas en el ámbito económico al magnate.
Abramovich amasó toda su fortuna en las cenizas de la Unión Soviética. En 1996, el Gobierno de Moscú cedió la mayoría de las acciones al gran grupo petrolero Sibneft. Estas terminaron en poder del empresario y las vendió a Gazprom por una enorme cantidad de dinero.
Más adelante pasó del negocio del petróleo, al del aluminio, luego por los automóviles, lo que logró que su fortuna se elevara con rapidez. El poder económico de este personaje creció tanto, hasta el punto de financiar la campaña política de Boris Yeltsin y llevarlo al poder.
En 2000, Vladimir Putin asumió el poder y Abramovich tomó distancia con la familia del exmandatario Yeltsin. Para no verse afectado políticamente, logró escapar de la persecución que hizo el nuevo Gobierno a la oposición.
Su fidelidad al nuevo régimen en cuestión fue premiada con un puesto de gobernador en la región de Chukotka, en el oriente de Rusia. En 2003 el club más representativo de Londres, el Chelsea. Desde su llegada, experimentó una edad dorada contratando a los mejores jugadores de esa época.
Sanciones
El Gobierno Británico anunció este jueves que congeló los activos del oligarca ruso Roman Abramovich, por la “estrecha relación” que ha mantenido con el régimen ruso “durante décadas”.
El Ejecutivo de Londres publicó hoy una lista de otros siete oligarcas a los que impone sanciones por sus vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin, en respuesta a la invasión de Ucrania.
Con datos de EFE