Un crecimiento económico a la baja y las “payasadas” del grupo más radical dentro de la Convención asoman como dos de los principales obstáculos que ha de sortear el Presidente Gabriel Boric en sus cuatro años de gobierno, periodo en que se ha comprometido avanzar sobre un sistema de seguridad social con estándares europeos sin romper con el crecimiento económico que ha marcado la evolución de Chile en los últimos 30 años.
Este es el diagnóstico que realizó el Financial Times, el influyente diario de negocios del Reino Unido, respecto a los desafíos que tiene el joven mandatario de Chile, quien se comprometió a desterrar la herencia neoliberal que tuvo, reconoce el matutino, a Margareth Thatcher como una de sus principales admiradores.
“Durante la dictadura del general Augusto Pinochet entre 1973 y 1990, los discípulos del credo del libre mercado de Milton Friedman fueron pioneros en políticas radicales como la apertura de la economía al comercio mundial, la privatización de empresas estatales y la creación de pensiones privadas”, destaca, que alude a cómo ese orden económico se instauró sobre un “terrible historial de derechos humanos” en dictadura.
De esta manera, Boric “representa una ruptura total con su antecesor, el multimillonario conservador Sebastián Piñera, de 72 años”, toda vez que el todavía mandatario y empresario pretendía revitalizar un constructo ideológico que, a poco andar, fue denunciado por una ciudadanía que salió a la calle demandando cambios profundos.
“La esperanza es que Chile pueda reinventarse para brindar niveles europeos de bienestar y justicia social mientras preserva el crecimiento económico y la inversión necesarios para pagarlo. El riesgo son los niveles europeos de crecimiento y deuda, y un estado en rápida expansión que lucha por financiarse y gastar de manera inteligente”, añade el medio, columna que es reproducida por ADN Radio.
Pese a esta promesa de cambios, Financial Times destaca los intentos de Boric por tranquilizar a los mercados, cuando los inversionistas han retirado cerca de 50 mil millones de dólares después del estallido social, tratando así de “disipar los temores nombrando a un tecnócrata respetado, Mario Marcel, como ministro de Hacienda y enfatizando la responsabilidad fiscal”. Otro punto a favor de Boric es la distancia que ha mostrado hacia regímenes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, “para disgusto de sus socios menores de coalición, los comunistas”.
“La economía corre el riesgo de estancarse a medida que se retira el estímulo pandémico. […] Boric carece de mayoría en el Congreso, donde cada proyecto de ley debe negociarse minuciosamente”, precisa el medio.
Sin embargo, el peor riesgo se observa dentro de una Convención Constituyente “dominada por la izquierda radical y los independientes inconformistas. Las propuestas debatidas hasta ahora (aunque no aprobadas) incluyen la creación de 11 sistemas distintos de justicia para diferentes grupos indígenas, la abolición de la separación de poderes ‘burgueses’y la nacionalización de la minería”.
“Boric tiene una rara oportunidad de demostrar que Chile puede nuevamente marcar tendencias a nivel mundial, esta vez mediante la creación de una sociedad más justa y ecológica, al mismo tiempo que preserva el crecimiento y la inversión privada”, señala la columna. “Ese podría ser un nuevo modelo, tanto para América Latina como para el mundo en desarrollo. Pero será necesario que Boric controle las payasadas (antics en el original) de la asamblea constituyente”, sostiene el medio.