Para María Elisa Quinteros, presidenta de la Convención Constitucional, es vital que la ciudadanía comprenda que el proceso constituyente “es de todos, que nace de la gente”, y que en esta etapa donde se discuten las normas, están haciendo todos “los esfuerzos para devolver el proceso a la gente y facilitar los mecanismos de entrega de información”.
Por lo mismo, ella se ha enfocado en preparar la Consulta Indígena y en visibilizar la plataforma y los pasos para que las personas apoyen las iniciativas populares de norma.
Aunque ha tenido tres semanas intensas, “con mucho trabajo”, celebra, porque que ha aprendido “muchas cosas nuevas”. “Estoy bien contenta”, asegura.
La votación de la presidencia fue compleja, ¿se calmaron esas tensiones?
—Acá no hubo una negociación, sino que se dieron diálogos y deliberación. Fue una elección muy de consenso. No hubo un mecanismo de negociación donde uno da una cosa y otro, otra, sino que fue de consenso.
Usted, junto a Gaspar Domínguez, llegó a la Mesa cuando se comienzan a discutir las iniciativas de norma, una etapa clave. ¿Cómo ha visto la evolución de esas discusiones?
—Acá todas las etapas son muy importantes en este proceso constituyente, porque gracias a lo primero que se hizo podemos avanzar con paso seguro. Hoy el trabajo va con paso firme, muy ajustado a la propuesta de cronograma que es de conocimiento público, al igual que lo que día a día estamos haciendo, y afortunadamente gracias a los reglamentos que nos dimos tenemos una metodología clara de trabajo respecto de cómo llegar a los consensos. Estamos en una etapa inicial, en las votaciones generales, lo que no necesariamente implica que lo aprobado hoy quede en la nueva Constitución.
Se aprobó lo referente a un estado plurinacional y también lo respectivo a la organización política, ¿espera que aquello prospere?
—Estoy contenta de que se esté avanzando en las distintas etapas en cada Comisión. Lo que decida cada una de ellas es un insumo para el Pleno, porque la decisión soberana de lo que queda o no es de los 154. Cada Comisión está haciendo propuestas. En ese sentido, tenemos siete Comisiones y yo no estoy al tanto de todo, y no tengo certezas de lo que se aprobó o no. No me siento capaz de dar una opinión fundada en este momento, estoy abocada sl proceso de Consulta Indígena.
Hubo dificultades para instalar el proceso de Consulta Indígena. ¿Ahora también avanza a paso firme como el resto del proceso?
—Va avanzando muy bien. Ya tenemos todos los insumos desde la Comisión de Derechos de PP.OO. y la Secretaría. Tuvimos el viernes una reunión de coordinación con el Ministerio de Educación, Desarrollo Social, Segpres, y fue muy fructífero, porque estábamos buscando los apoyos para implementar esta consulta. Tenemos una forma de trabajo que respeta la autodeterminación de los Pueblos, por lo que vamos a buscar mediadores, moderadores y digitadores desde los mismos Pueblos y tendremos una estrategia general a nivel nacional, junto con los gobiernos regionales, municipios, ministerios y es probable que también se sume el Ministerio de las Culturas, con quienes también estuvimos dialogando favorablemente. Además tenemos el apoyo del Consejo de Rectores.
¿Se han encontrado con alguna resistencia de parte de alguna comunidad?
—Hasta ahora nada. Esta semana tuvimos recién el hito inaugural, aún no entramos a la etapa de deliberación así que estamos recién partiendo. Hasta ahora todos los escaños que representan a los Pueblos han mostrado su total apoyo a la implementación con los tiempos muy acotados que tenemos, pero es muy necesario escuchar la voz de todos ellos.
Los tiempos son muy acotados. ¿Va a ser suficiente para dar una discusión seria de todas las propuestas, ya sean populares o de ustedes como convencionales?
—Bueno, los tiempos son los que son, tenemos que respetarlos. Si bien puede que el tiempo sea poco para deliberar, es lo que existe disponible. Pero hay que considerar que las y los constituyentes se reúnen a deliberar para preparar las normas o justificaciones, por lo que hay muchos momentos de deliberar que ocurren en los pasillos, en la salas, que no tienen que ver con las sesiones. Esos tiempos también son valiosos y ayudan a construir los dos tercios. Hubiésemos querido que fuera más tiempo, para incluir más audiencias, mecanismos en terreno, pero estamos haciendo todo el esfuerzo para incentivar la participación, lo que tampoco fue considerada en el acuerdo por la paz.
¿No hay opción de que se solicite una prórroga más allá de la de los tres meses?
— No. Si lo hacemos ahora, el Congreso está de vacaciones, en marzo hay cambio de Congreso y tenemos que tener en cuenta que en septiembre enviamos un oficio donde se solicita un mecanismo para reemplazar a Rojas Vade, pero estamos en enero y no se resuelve. También hay otro oficio que pide la modificación para incluir el plebiscito dirimente y todavía no se resuelve, entonces si pedimos algo puede que no se resuelva. Hemos pasado mucho tiempo esperando y preferimos ser súper honestos y con sentido de realidad.
Hasta ahora, ¿cómo analiza la participación de la ciudadanía en el proceso en general?
—He visto que hay mucho interés por participar.Hay más de un millón setecientas personas que han apoyado iniciativas populares de norma y creo que es algo importante, porque realza la necesidad que tiene la población de participar e incidir en la toma de decisiones en términos de política. Es muy esperanzador, porque recordemos que somos una sociedad que no está muy metida en política, y es importante que nos volvamos a reencantar con la política, porque es muy necesario y todos los días hacemos política, seamos o no militantes.
En la elección en la que los constituyentes fueron electos se expresaron preferencias muy distintas a las de la última elección parlamentaria. ¿Esa volatilidad está influyendo en la deliberación?
—Este poder es muy distinto al poder constituido. este es un poder que busca dotarnos de una nueva Constitución y las elecciones que ocurrieron para el Parlamento, para mí, fueron muy distintas y no puedo pronunciarme sobre materias de otro poder, no es competencia de esta Convención.
¿Pero lo expresado en otras elecciones es algo que analicen y/o tomen como insumo para hacer ciertas adecuaciones? ¿Les da cuenta de que hay o no que moderarse en ciertos asuntos?
— Esa pregunta creo que debiesen responderla los representantes de colectivos de partidos políticos. Yo vengo de un mundo independiente y no tenemos ese tipo de análisis a disposición. Tenemos un mandato que es dar respuesta a la gente que salió a manifestarse y también de quienes no salieron.
¿Mantiene las propuestas que hizo?
—Yo tengo un programa que representa a una asamblea y seguimos con la misma convicción, trabajando y deliberando para dar cumplimiento a ese programa de trabajo.
¿Cómo han sido las relaciones con otros representantes de movimientos y partidos con miras a formar mayorías?
—Creo que hay un espíritu de diálogo importante al interior de la Convención entre todos los colectivos. Siempre veo gente deliberando, conversando entre distintos sectores políticos y creo que es como la dinámica de la vida real, donde las personas conversamos y llegamos a acuerdos o no. El clima que veo es de construcción desde las ideas que cada uno representa, pero independiente del resultado, el diálogo está.
Diferentes convencionales estiman que hay grupos que sólo buscan obstruir el proceso, ¿lo comparte?
—Lo que he visto es distintos sectores y algunos tienen ideas distintas a las de la mayoría y lo expresan como parte de su legítimo derecho. Acá tenemos que escucharnos las distintas posiciones porque reflejan a la sociedad. Está todo regulado para el uso de la palabra y cada persona tiene un espacio para poder expresar sus ideas. Hay libertad para emitir opiniones en un marco ético.
Elisa Loncon en un momento dijo sentirse pasada a llevar como presidenta. ¿Le ha tocado algo similar?
— Yo he estado muy cómoda, muy atareada y ocupada en tratar de apegarnos estrictamente al cronograma. Ha sido muy intenso, pero me siento contenta contribuyendo con mis capacidades a que podamos ser una sociedad más pluralista y dialogante. Es muy reconfortante, pero sí estoy muy cansada.
A veces se habla de que hay “cocinas” dentro del organismo, ¿cómo toma eso?
— Yo espero que no existan ese tipo de prácticas, porque son las que en general las personas no esperan de este grupo humano. Sí veo muchas conversaciones que a veces no terminan en nada, pero que sirven de insumo para otras conversaciones. Al menos yo, como independiente de movimientos sociales, no he participado en ninguna “cocina”, si es que existen.
¿Se está trabajando para que la nueva Constitución se apruebe por una amplia mayoría y no simplemente se apruebe?
—No estamos de cabeza en ello, pero pronto, terminando lo de la consulta nos vamos a meter bien en eso. Para mí lo principal es la comunicación, y que los convencionales cuando vayamos a los territorios, nos dediquemos a informar lo más objetivamente que podamos, qué quedó y qué no en la propuesta y entreguemos una copia a las personas y les expliquemos, para que la gente vaya a votar informada y decida lo que tenga que decidir.
Con respecto a Rodrigo Rojas Vade, ¿se ha podido subsanar el daño a la credibilidad que se generó a raíz de su engaño?
— El caso fue terrible para toda la Convención, sobre todo para el grupo de la Lista del Pueblo dentro de la Convención. Para ellos fue más duro, nosotros lo vivimos tangencialmente, porque también era un espacio con el que teníamos articulación, entonces fue duro, pero de a poco ellos fueron rearmándose, retomando las confianzas que la gente depositó en ellos. Fue un proceso duro, pero es parte de lo que es el proceso. Eso sí, me parece que lo que pasó puede servir para que para adelante se pueda analizar la figura de renuncia, porque en general entre los cargos no existe. Es interesante que se analice esa figura y los mandatos revocatorios.
¿Va a seguir recibiendo remuneración?
—Entiendo que él estaba donando su remuneración.
