Distintos medios internacionales han dado a conocer una fuerte denuncia contra Joseph Ratzinger, más conocido como el papa emérito Benedicto XVI, en la que se le acusa de encubrir abusos sexuales a menores mientras se desempeñaba como arzobispo de Múnich, Alemania.
La situación fue advertida en un decreto extrajudicial del Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Múnich y Freising de 2016, en donde se le apunta de haber incumplido su “responsabilidad” frente a los “niños y adolescentes confiados a su cuidado pastoral”.
Todo habría ocurrido en 1980 cuando al capellán Peter H. lo trasladaron del obispado de Essen al de Múnich-Freising después de haber abusado de varios menores.
Si bien sus superiores estuvieron en conocimiento de sus acusaciones cuando llegó a la nueva diócesis, estos no denunciaron los delitos y solo le obligaron a ir a terapia psicológica.
Uno de estos fue el entonces cardenal Joseph Ratzinger, arzobispo de Múnich-Freising, quien aprobó el traslado sin hacer caso a las denuncias en contra del capellán.
Sin embargo, H. continuó con los abusos y en 1986 fue condenado a 18 meses de cárcel, y más tarde fue trasladado nuevamente, esta vez a la ciudad de Garching, ubicada en el sur de Alemania.
Según el documento, Ratzinger y otros responsables vinculados al caso nunca informaron de las denuncias al Vaticano, lo que “no permite sacar otra consecuencia” que la de que “renunciaron deliberadamente a sancionar el delito”.
El secretario personal del papa emérito asegura que él negó haber tenido conocimiento del historial del sacerdote H., “por lo que no contravino su obligación de informar a Roma”.