Si bien para algunas personas los fuegos artificiales son y atractivo panorama, para nuestras mascotas no siempre es así, ya que al tener un sistema auditivo mucho más sensible que el humano, se ven afectados en gran medida por el ruido, causándoles temor, ansiedad, estrés e incluso haciendo que huyan en busca de refugio, con el riesgo de perderse o ser atropellados.
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Hans, un perrito de Puerto Varas, sufrió un infarto por los fuertes ruidos de la pirotecnia. Según el relato de su familia, la mascota fue abrazada por sus humanos, pero no pudo resistir y se desvaneció.
Rodrigo Santana, académico de la carrera de Medicina Veterinaria de UDLA Sede Viña del Mar, explica que “las mascotas y animales silvestres tienen desarrollados los sentidos de forma extraordinaria, particularmente perros y gatos, que tienen una agudeza auditiva sorprendente que les permite captar los sonidos mucho antes y con mayor intensidad que nosotros”. Detalla que los fuegos artificiales emiten aproximadamente entre 130 y 140 decibeles (dB), casi el doble de lo que soporta el oído humano y que aunque, por ejemplo, lo perros puedan soportar hasta 450 dB, su agudeza auditiva multiplica estos sonidos tres o cuatro veces más que el umbral humano.