Según el senador Carlos Montes, la principal diferencia que va a marcar el gobierno de Gabriel Boric será la forma “de relacionarse con la ciudadanía”. Dice tener “muchas esperanzas” en lo que viene, “vientos nuevos, refrescantes, que van a revolver la forma, los contenidos”. Y para eso, cree esencial que las fuerzas se unan y logren “cuajar” una forma para escuchar a todas las organizaciones, lo que incluso antepone a los nombres que integren la primera línea del Ejecutivo.
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¿Cómo analiza la discusión que se ha dado en torno al gabinete?
—Los procesos de instalación de los gobiernos y del nombramiento de los equipos generan mucha especulación. Eso no ha sido tan distinto. La diferencia es que ahora es un bloque nuevo, con características nuevas, con un triunfo muy contundente y un ánimo de la ciudadanía de seguir por una ruta de transformación.
¿Usted da por descartado integrar ese gabinete?
—Hay una cuestión previa, y es cómo se va a canalizar esta gran unidad y esta amplia energía que eligió a Gabriel Boric. Unidad política, unidad en lo social. Eso es lo primero y a partir de eso tendrá que verse la configuración de los equipos y me imagino que están trabajando en esas dos dimensiones.
¿Ampliar Apruebo Dignidad, crear una nueva coalición o fijar una alianza estratégica?
—Hay diferentes alternativas y hay que darles tiempo. No creo que sea Apruebo Dignidad, ellos ganaron la elección, pero el problema es ver cómo el apoyo que recibieron desde fuera de AD se traduce en algún tipo de entendimiento y hay que conversarlo. Hay varias fórmulas: crear otra orgánica (otra coalición) o integrar el gabinete no son las únicas. Hay una variedad y esperamos la propuesta que haga el presidente.
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¿Cuál cree usted que es la mejor fórmula?
—No hay que olvidar que este triunfo tan categórico se obtuvo porque hubo una amplia unidad y los chilenos quieren la unidad de todos los que quieren cambios. Eso hay que traducirlo en fórmulas generosas, amplias y cuando digo generosas es en el sentido de acoger las diversidades y tratar de encontrar una manera de unirse. Lo más importante es sumar.
¿Eso es posible? Considerando las tensiones que hubo antes de la elección...
—El PS fue el primero en decir que apoyábamos sin condiciones y nos sumamos a la campaña. Después lo hizo el PPD, incluso la DC, de otras maneras. Yo creo que a partir de eso hay que ver cómo establecer fórmulas de trabajar juntos, de entenderse, teniendo un objetivo principal que es el país y las reformas que se requieren.
¿Podría ser una piedra de tope la relación compleja que algunos tienen con el PC?
—Eso está por verse. Oí declaraciones de mucha apertura de Guillermo Teillier, en el sentido de que hay que sumar a todas las fuerzas.
¿Si eso se consolida, le gustaría entonces estar en el gabinete?
—Lo que yo haga va a depender de esto, del PS y de mis propias limitaciones. Está por verse.
Su nombre suena para distintas carteras: Hacienda, Interior, Cancillería, pero usted también lleva años involucrado en temas de Vivienda. ¿Dónde se sentiría más cómodo?
—Yo he trabajado en Vivienda, bastante, pero no creo que esto parta por una consideración individual, depende del Presidente. No quiero especular al respecto.
¿Cómo analiza la situación económica y fiscal del país?
—Ya hay un presupuesto definido para el 2022 y hay un compromiso con asumir ese presupuesto más allá de las diferencias. Dentro de ese presupuesto hay ciertas holguras muy limitadas para redestinar gastos. El problema empieza con más fuerza el 2023 y en cómo se entra por una senda de transformaciones; por eso en el largo plazo es clave iniciar la reforma tributaria como uno de los primeros proyectos del gobierno. Iniciar una reforma tributaria de tal forma de tener una perspectiva de incremento de los recursos públicos para enfrentar los desafíos que están planteándose; creo que la coyuntura para estabilizar la economía, las reglas, ya están establecidas.El 2022 es un frenazo para la economía
¿Qué le parece que quienes sonaban como ministro de Hacienda, incluido usted, indiquen que no quieren?
—Ser ministro de Hacienda no es fácil. Yo creo que ningún ministro de Hacienda, desde el retorno a la democracia, va a recibir el Ministerio en condiciones como las actuales, donde no hay recursos. Hay muy pocos recursos, hay una situación muy restrictiva, porque los ahorros que se acumularon en los años buenos, ya no existen, se redujo a lo mínimo. Ser ministro en esas condiciones, contener gasto, asegurar que los recursos limitados que se tienen vayan a las prioridades, asegurar la mejor eficacia, es una tarea muy muy difícil y va a ser muy ingrato el rol de ese ministro.
No hay opción de tomar ese cargo entonces...
—En el caso de esa cartera no está ni siquiera planteado, yo no soy la persona adecuada para esa cartera. Yo creo que uno tiene que asumir su realidad.