El tercer capítulo de “Mea Culpa” fue crudo y así las redes lo tomaron también. Pero no sólo la historia, sino que también, las declaraciones de la protagonista de la historia, Jacqueline Yáñez.
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Desde la cárcel femenina de Puerto Montt, la mujer que cumple condena por los delitos de secuestro simple, lesiones graves, porte ilícito de arma cortante y homicidio frustrado simple, habló por primera vez del crimen cometido en Río Negro en el año 2017.
A Carlos Pinto la mujer relató su infancia, confesando que desde muy niña fue violenta y que ya adolescente comenzó su “oficio” de mechera. “¿Nunca pensaste que era un camino errado?”, le consultó el conductor.
“Nunca lo pensé, me gustaba esa vida”, dijo la mujer.
“Me voy a ir pronto, porque hago conducta y porque tengo fe en el Señor. Yo no pretendo ser evangélica ni católica, mi creencia, lo que yo creo, es mío (…) Yo tengo un cambio, he cambiado mucho”, agregó.
En la misma línea, indicó que “me he comido la comida de muchas personas -como se habla aquí- y no he reaccionado, porque si hubiese sido la misma de antes, pego con lo que tenga”.
El crimen
Jacqueline cometió secuestro y tortura junto a tres amigos en 2017.
“Yo sé que no me van a creer, que me van a juzgar, aquí me van a juzgar las chicas, pero a mí no me importa porque yo estoy contando mi realidad y estoy arrepentida de verdad”, confesó.
