Amanda Shoultz es el nombre de una mujer estadounidense de 29 años, consultora senior de marketing y relaciones públicas, quien el año pasado durante varios meses fue acumulando peso en su estómago a pesar de sus habituales horas de ejercicios semanales y dietas.
Un extraño padecimiento que la llevó a realizarse un chequeo médico con su doctor de cabecera, el cual no arrojó nada anómalo, sino más bien un aumento excesivo de peso, que por su biotipo, le resultó bastante anormal.
“Empecé a hacer más ejercicio. Hacía más dieta y, curiosamente, estaba perdiendo de peso, pero mi estómago estaba ganando centímetros en vez de perderlos junto a la baja de mi peso”, señaló Shoultz en entrevista dada al programa “Good Morning America”, que presentó el caso de esta joven, quien después de varias consultas médicas se enteró que ese supuesto aumento de masa corporal en su estómago era un tumor.
“En ese chequeo médico asumí que era mi culpa. Que había hecho algo mal para no conseguir bajar de peso”, expuso Amanda, quien tras los primeros resultados de su chequeo optó por seguir cambiando su dieta para ver si tenía algún tipo de alergia que la causaba tamaña hinchazón en el estómago.
“Dejé todos los productos lácteos porque pensé que era una alergia a la lactosa y nada cambió. Luego dejé el gluten. Me encanta el pan, pero estaba dispuesta a hacer cualquier cosa. Eso no funcionó, así que dejé la carne. Nada de eso ayudó”, explicó Shultz, quien luego de ocho meses sin obtener ningún resultado positivo a su problema fue remitida a un gastroenterólogo por un colega suyo del Baylor Scott & White Heart and Vascular Hospital.
El drama de una dolencia desconocida
“Para cuando vi a mi médico gastroenterólogo, mi estómago ya estaba duro como una piedra”, explicó Shultz en el programa, quien después de nuevos exámenes se realizó a fines de septiembre una tomografía computarizada, en la cual se le informó de la verdadera causa de su abultado estómago.
“Aproximadamente cuatro horas después de la tomografía recibí una llamada de mi médico que me dijo que tenía un tumor de 33 centímetros en el abdomen. Y a los dos días ya me estaba reuniendo con el cirujano”, relató la joven, quien en sus redes sociales publicó todo el drama que vivió luego del anuncio.
“No tenía otros síntomas además de mi estómago”, dijo Shoultz, quien debió someterse a una cirugía de poco más de dos horas para extirparle el tumor, una masa que pesó poco menos de ocho kilos, así como también su riñón derecho y parte de su glándula suprarrenal.
Y como el cáncer no se había extendido a otras partes de su cuerpo, los doctores descartaron someterla a ningún tratamiento adicional, como alguna quimioterapia o radiación.
“Una vez que salí del hospital, mi estómago volvió a la normalidad”, contó la profesional, quien tras su sorpresivo padecimiento agradeció volver a estar sana y “comiendo toda la comida que me perdí cuando dejé de comer durante un año para recuperar algo de peso”.