Hace un mes, Daniel Cipolat, un argentino de 60 años conferencista de “temas cósmicos” radicado en Cancún, México, anunció por sus redes que se había contagiado con covid y desapareció. Nadie volvió a saber de él.
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En su cuenta de Instagram escribió: “Esta vez me tocó a mí”. Y luego precisó que “no tengo miedo, estoy abierto para cualquier desenlace y lo que deba ser”.
El post terminó con una promesa a sus seguidores de que volvería para contar el proceso que había vivido, “si estoy para contarlo”, aseguró.
Este último post fue el 28 de agosto y de ahí Cipolat desapareció. Su familia en Argentina comenzó a indagar qué estaba pasando.
Enterrado en la casa
Nicolás Cipolat, hijo de Daniel, comenzó a llamar a la secretaria de su padre, Linda Uribe, sin suerte. Hasta que se contactó con ella y la mujer, sin darle detalles, le reconoció que Daniel estaba muerto.
Ante la brutal noticia, el joven viajó a México, donde encaró a Uribe. La mujer se quebró y reconoció que Cipolat estaba enterrado en su jardín.
Tras la revelación, la secretaria se fue y se mantiene prófuga. Nicolás hizo la denuncia y, tristemente, la policía confirmó que el cadáver de su padre estaba enterrado en el domicilio de Uribe.
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Ahora la policía mexicana trabaja para tratar de esclarecer qué pasó con Cipolat, la responsabilidad de su secretaria en la muerte, la participación de terceros y el motivo del supuesto asesinato.
