Este 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra, instaurado principalmente para crear conciencia sobre el daño ambiental y que en 2025 toma una importancia relevante, ya que el planeta cada vez está más amenazado por los efectos del cambio climático, la pérdida acelerada de biodiversidad y la creciente contaminación.
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Así, cada año que pasa se sigue acentuando el cambio climático, el que queda en evidencia con las olas de calor abrasadoras, sequías interminables y fenómenos meteorológicos impredecibles, los que se están tornando más frecuentes y devastadores.
De hecho, las cifras son alarmantes; en los últimos años el planeta ha experimentado un aumento constante en las temperaturas globales, incrementándose 1,1°C. Un escenario que, según el IPCC (2023), si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es probable que la temperatura global se eleve entre 1,5°C y 2°C para 2030.
Al respecto, Jorge Leiva, jefe de carrera de Ingeniería Civil en Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), afirmó que el cambio climático está acelerando los desastres naturales en diversas partes del mundo, donde la mega-sequía y la falta de agua afectan a millones de personas.
A esto se suma que los últimos siete años han sido los más cálidos de la historia registrada, y las previsiones para los próximos años no son optimistas. Sebastián Fuentes, académico e investigador de la misma casa de estudios, sostuvo que este aumento de la temperatura está produciendo fenómenos meteorológicos extremos que no solo impactan al medio ambiente, sino también a la salud pública y la economía global.
Consecuencias del calentamiento global
Las consecuencias ya son evidentes. En Chile, por ejemplo, la mega-sequía que afecta a la zona central ha dejado a más de la mitad de las comunas sin acceso adecuado al agua. El embalse de Peñuelas, una de las fuentes hídricas más importantes del país, llegó a tener solo un 1% de su capacidad en 2022. A pesar de las lluvias que trajeron algo de alivio en 2023, Leiva advirtió que “la tendencia sigue siendo preocupante, ya que este tipo de eventos extremos está convirtiéndose en una constante, y eso significa que estamos ante una crisis hídrica que amenaza a varias regiones del país”.
Pero la crisis ambiental no solo afecta al clima, sino también a la biodiversidad. Según el “Informe Planeta Vivo 2022”, elaborado por WWF, las poblaciones de vertebrados han disminuido un 69% desde 1970, y más de un millón de especies están en peligro de extinción. Jorge Leiva alerta sobre las consecuencias de esta pérdida: “La desaparición de especies como las abejas, que son fundamentales para la polinización de nuestros cultivos, pone en riesgo la seguridad alimentaria a nivel global. Es una amenaza directa a nuestro bienestar”.
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¿Qué se puede hacer de forma inmediata?
Frente a este panorama crítico, la acción inmediata es más urgente que nunca. Sebastián Fuentes propone dos líneas fundamentales: la transición energética y la modificación de nuestros hábitos de consumo. “Debemos dejar de depender de los combustibles fósiles y acelerar el uso de energías renovables. Además, es necesario repensar nuestra forma de consumir. No basta con reducir, reutilizar y reciclar; debemos expandir estas estrategias y rechazar lo innecesario”, indicó.
Por su parte, Jorge Leiva añadió que el cambio debe ser colectivo, comenzando con las decisiones cotidianas de cada persona. “Desde el uso de energías limpias hasta cómo manejamos nuestros desechos, cada acción cuenta para reducir nuestra huella ecológica”, agregó.