La repercusión por la pandemia de Covid-19 persiste como una preocupación primordial en los sistemas sanitarios a escala global. A cinco años del inicio de la crisis sanitaria se ha registrado un preocupante incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas, junto con un deterioro en la salud de pacientes que ya padecían dichas afecciones.
De acuerdo a datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se ha registrado a la fecha un incremento del 20% en las enfermedades no transmisibles en comparación con el periodo anterior a la pandemia de coronavirus.
El incremento de las enfermedades en Chile
Se calcula que más del 40% de la población adulta en América Latina padece de alguna forma de una enfermedad crónica, lo cual representa un desafío apremiante para las políticas de salud pública. Adicionalmente, la limitada disponibilidad de servicios médicos durante la pandemia propició que hasta un cincuenta por ciento de los pacientes con afecciones crónicas no recibieran un seguimiento apropiado, lo que agudizó su deterioro de salud.
Respecto de este fenómeno, el director de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Michel Garat, señaló a publimetro.cl que el aumento de tales afecciones respiratorias se basa en “la falta de actividad física, sedentarismo, mala alimentación en algunos casos y complicaciones mentales”.
En tal escenario, apunta el docente, las “enfermedades crónicas” que más se incrementaron este último tiempo han sido las relacionadas a diabetes del tipo 2, cardiovasculares, de hipertensión, desórdenes de la salud mental, síndrome metabólico y obesidad.
De acuerdo con la OMS, la diabetes tipo 2 ha experimentado un incremento del 16% desde el comienzo de la pandemia, con un aumento considerable en la población juvenil, atribuible al sedentarismo y a las modificaciones en la dieta.
La OPS, por su parte, indica que un 25% de los casos de diabetes no fueron detectados a tiempo y pueden ser atribuibles a la interrupción de los controles médicos regulares.
Respecto de las enfermedades cardiovasculares e hipertensión, las actuales investigaciones señalan que se produjo un aumento del 12% en la incidencia de hipertensión arterial desde 2020, con un considerable impacto entre la población mayor de 50 años.
La disminución en la actividad física, el estrés prolongado y el incremento en el consumo de sodio han desempeñado un papel crucial. La OMS indica que el 30% de las defunciones atribuibles a enfermedades cardiovasculares podrían haberse prevenido mediante un diagnóstico y tratamiento temprano.
En el caso de los desórdenes de salud mental, la OMS enfatiza que la ansiedad y la depresión han registrado un aumento del 25% a escala global. Y sólo en América Latina el 40% de la población adulta ha sufrido algún tipo de alteración en su salud mental, lo cual ha propiciado un incremento en la necesidad de atenciones psicológicas.
Finalmente, las personas que sufren del síndrome metabólico y obesidad presentaron un incremento del orden de un 18% en la región. Este trastorno alimentario, indican los expertos, ha tenido una mayor prevalencia en la población infantil y adolescente. Incrementada, según los especialistas, en la ausencia de actividad física y el acceso restringido a alimentos nutritivos durante los periodos de confinamiento.
Los nocivos efectos para la salud
“Los efectos adversos en la salud post-pandemia no han sido homogéneos; ciertos grupos poblacionales han sido particularmente vulnerables”, prosigue Garat, quien apunta a los cinco grupos de mayor incidencia.
1.- Adultos mayores: Representan al grupo más afectado debido a la reducción de controles médicos regulares, la pérdida de masa muscular por inactividad y el impacto psicológico del aislamiento. La OMS reporta que el 35% de los adultos mayores en América Latina han experimentado un deterioro significativo en su salud general post-pandemia.
2.- Pacientes con enfermedades preexistentes: Un 45% de las personas con enfermedades crónicas en la región han reportado complicaciones derivadas de la falta de seguimiento médico oportuno durante los confinamientos.
3.- Personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica: La falta de acceso a atención médica de calidad ha exacerbado la crisis de enfermedades crónicas en este grupo. La OPS señala que el 60% de las personas en comunidades con bajos recursos han tenido dificultades para acceder a tratamientos regulares.
4.- Niños y adolescentes: El impacto emocional y los cambios en los hábitos de vida han favorecido el aumento de la obesidad infantil y los trastornos psicológicos en jóvenes. Estudios indican que un 22% de niños y adolescentes han experimentado un aumento en el Índice de Masa Corporal (IMC) en los últimos cinco años.
5.- Mujeres: Se ha observado un aumento del 30% en trastornos de ansiedad y depresión en mujeres debido a la sobrecarga de responsabilidades familiares, el teletrabajo y la precarización del empleo post-pandemia.
Según indica el académico a publimetro.cl, son varias las organizaciones que deben preocuparse de la problemática e indica que ante este panorama, diversos gobiernos y organismos de salud han puesto en marcha estrategias para contener el impacto del aumento de enfermedades crónicas.
Entre ellos, señala “los programas de promoción de actividad física, expansión de la telemedicina de calidad, la realización de campañas de educación nutricional, atención en salud mental accesible y fortalecimiento del sistema de atención primaria que invierta en prevención y tratamiento oportuno de enfermedades crónicas”.