Desde malestar abdominal a fatiga o falta de concentración, son algunos de los efectos que puede producir en las personas el cambio de hora que el próximo sábado 7 de septiembre se deberá hacer en todo Chile, salvo en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
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De esta manera, cuando sea medianoche -y las 22:00 horas en las islas Salas y Gómez, el Archipiélago Juan Fernández y Rapa Nui, los relojes tendrán que adelantarse en una hora, iniciando así el horario de verano en todo el país.
Sin embargo, este pequeño cambio puede producir una serie de efectos en algunas personas, los que puede tomar entre tres y cuatro días en regular, especialmente en el caso de niños pequeños y adultos mayores.
Los efectos en el organismo del cambio de hora
Según explica la neuróloga de Clínica Las Condes Evelyn Benavides, “el cerebro censa que estamos en un huso horario adelantado” y, por lo tanto, “se modifica la secreción de algunas hormonas –como la melatonina o el cortisol- y se producen cambios en algunas conexiones de grupos neuronales, lo que se va ajustando durante los primeros días tras el cambio”.
Es por ello que “algunas personas podrían verse un poco complicadas con este cambio, aunque a la mayoría de las personas no debería producirles más que algunos malestares abdominales, fatiga, dolor de cabeza, falta de apetito y/o poca concentración los primeros tres o cuatro días”.
La especialista en Medicina del Sueño subraya, eso sí, que “en los niños pequeños, los adultos mayores y aquellas personas que ya tienen alguna dificultad para dormir o que toman medicamentos para dormir, los efectos del cambio de hora podrían ser de mayor consideración. Por esto, es importante realizar algunos ajustes los días previos a que hagamos el traspaso del horario de invierno al de verano”.
Consejos para preparse antes del cambio de hora
Así, según lo indicado por la experta, los niños que están en edad preescolar deben dormir entre 10 y 11 horas, por lo que días antes del cambio de horario lo ideal es “tratar de acostarlos y levantarlos 15 minutos más tarde, para que cuando llegue el cambio de hora ya no les falte una hora de sueño”.
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En tanto, la rutina también influye, por lo que “al anochecer, se debe tratar de hacer una rutina tranquila, sin discusiones, sin pantallas, sin ruidos fuertes, cosa de ir generando un ambiente grato para ir a dormir”.
Además, durante el día, la neuróloga aconseja “mantener los horarios de comidas, de juegos, tratar que la mayoría de sus actividades sean en el día y, hacia la tarde y la noche, lograr un ambiente tranquilo, libre de pantallas y silencioso para lograr una buena conciliación del sueño”.
En el caso de los adultos mayores, sobre todo en aquellos que tienen alguna enfermedad neurodegenerativa o algún trastorno del sueño, la especialista plantea que “es muy relevante considerar el cambio de hora en la toma de los fármacos, sobre todos aquellos para dormir, para que coincidan con el horario que realmente van a dormir y no sea antes de eso”.
En términos generales, la doctora Evelyn Benavides explica que, la mejor forma de hacer frente a esta modificación es “manteniendo una rutina de funcionamiento diurno, con mayor cantidad de actividades en la mañana y, hacia la tarde y la noche, bajar los estímulos, disminuir las pantallas, no consumir alcohol, café o bebidas energéticas al menos 2 horas antes de ir a dormir, y tratar de tener un dormitorio que tenga entre 18 y 22 grados, que sea oscuro y que no sea ruidoso”.