Conoce la nueva manera de tratar traumas

El revolucionario método impactó el mundo de la psicología

Todo lo que nos rodea tiende a actualizarse y ser visto desde diferentes perspectivas y en este caso, la psicología no escapa a dicha realidad para poder encontrar nuevas formas eficientes que sirvan para atender a sus pacientes y brindarle soluciones adecuadas a las diversas problemáticas de comportamientos que se puedan presentar.

Con respecto a los traumas, aunque se quiera esquivar a toda cosa es inevitable que su presencia no impacte a cada ser humano, por ello, desde siglo atrás se ha buscado la manera de poder sobrepasar esta situación y superar estos males metales.

Al respecto, el doctor Howard LeWine, internista practicante en el Hospital Brigham and Women’s de Boston, en los Estados Unidos, explica que: “Dado que los sentimientos perturbadores a menudo aparecen en el cuerpo de manera debilitante, la terapia somática tiene como objetivo drenar esas emociones de su poder, aliviando el dolor y otras manifestaciones de estrés, como el sueño interrumpido o la incapacidad para concentrarse”.

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Terapia somática

Este revolucionario método consiste en el tratamiento que se centra en el cuerpo, en cómo aparecen las emociones al expresar experiencias, emociones, eventos traumáticos o los problemas emocionales no resueltos que pueden quedar atrapados en el interior.

La terapia somática ayuda a las personas a liberar emociones dañinas y reprimidas en su cuerpo mediante el uso de diversas técnicas mente-cuerpo. Estos pueden variar ampliamente, desde la acupresión y la hipnosis hasta la respiración y la danza. La emocionen pueden provenir de una variedad de condiciones y circunstancias que dicha terapia puede ayudar a aliviar.

Entre los problemas que ataca se encuentran:

· Trastorno de estrés postraumático (TEPT).

· Duelo complicado.

· Depresión.

· Ansiedad.

· Problemas de confianza e intimidad.

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· Problemas de autoestima.

“La ansiedad puede provocar tensión muscular, particularmente en el cuello, los hombros, la mandíbula y la espalda. Puede causar mucha incomodidad, dolor, rigidez y problemas con las actividades diarias. Si experimentamos ansiedad o angustia crónica, es casi como si tuviéramos el pie en el acelerador. No es un ataque de pánico, pero raras veces sentimos un respiro y hay un desgaste constante en el cuerpo”, concluye el doctor Baker.

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