La parte inferior de las uñas están cubiertas por piel y esta capa de piel recibe el nombre de cutícula, que cumple una función específica en la salud y bienestar de las uñas. Cuando esta piel empieza a crecer, muchas personas tiene la mala costumbre de cortar y eliminar esa piel que parece ser indeseada, pero esto traería muchos problemas.
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De acuerdo a especialistas, cortar la piel que rodea a las uñas es peligroso para nuestra salud. Esto se debe a que la cutícula sirve para proteger el crecimiento de las uñas de infecciones bacterianas y fúngicas.
En vista de esto, es importante conservarlas y no cortarlas con los utensilios comunes, aunque estas estén agrietadas o dañadas. Lo ideal, ya que muchas veces se ve poco estético o incluso puede llegar a molestas, es que se empujen hacia atrás, disminuyendo los riesgos. Esto se puede hacer mientras estamos en la ducha, ya que el agua caliente ablandará la piel.
Estas barreras de piel son esenciales porque las uñas son más susceptibles de sufrir daños durante la fase inicial de su crecimiento. La cutícula ayudará a las uñas a evitar que la suciedad ingrese fácilmente a nuestro organismo, y así evitamos también interrumpir su crecimiento, disminuyendo cuidados específicos y cirugías originarias por las bacterias.
De hecho, los especialistas afirman que para cuidar las cutículas solo hay que nutrirlas con cremas o aceites, para que así evites que la piel que rodea las uñas comience a sobresalir, descuidada o deshidratada, y esto nos provoque la necesidad de cortarla.
Para esto, lo ideal es fomentar un cuidado de las manos rutinario para que dicha cubierta crezca en óptimas condiciones. Ya que si crecen sin una forma preestablecida que rodeen las uñas, de forma prolija, no quedará otro remedio que cortarlas con una herramienta filosa, perjudicando así la salud de las uñas.