Emitir juicios negativos constantemente sobre las demás personas definitivamente es un feo hábito, que corroe las relaciones personales y daña más al que emite la crítica que al objeto de ésta.
Ser un “criticón” habla muy mal de ti como ser humano, y te va alejando del trabajo que diariamente debemos hacer todos para convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos.
El sitio web Ley de Atracción Positiva nos ofrece ciertas recomendaciones para dejar esta perjudicial práctica.
¿Cómo dejar de criticar?
Asume que el mundo es como es. Y punto
Recuerda un refrán budista: “es más fácil ponerte unas pantuflas que alfombrar el mundo”. Si algo no te gusta, criticándolo no lo cambiarás, lo que cambia el mundo son las acciones, no las palabras.
Deshazte de las expectativas
Tener expectativas irreales sobre el mundo hace que nos decepcionemos, por lo que seremos más propensos a criticar. Aprende a vivir menos dentro de tu mente y más en la realidad.
Sé empático
Antes de criticar, ponte en el lugar de la otra persona. Quizás no compartas sus comportamientos ni actitudes, pero al menos los entenderás. Recuerda que criticar es fácil, caminar con los zapatos de otro es más complicado.
¿Qué se siente cuando dejas de criticar?
Una enorme paz. Cuando dejas de criticar, comienzas a sentirte más tranquilo porque de repente dejas de mirar el mundo como si fueras un juez y comienzas a disfrutar realmente de las cosas bonitas que te suceden.
Te redescubres. Si en vez de criticar te preguntas qué hubieses hecho tú en una situación similar y respondes sinceramente, descubrirás facetas de ti que probablemente ni siquiera sabías que existían.
Te sientes más seguro. Curiosamente, cuando dejas de criticar, te deshaces del influjo que las críticas de los demás ejercen sobre ti.