En nuestras recomendaciones de los miércoles, la librera y mediadora de lectura, Catalina Estrella, nos hablará sobre Chinese market of baratijas, la primera antología publicada en español de la escritora Ann Cotten. Su importancia va más allá de su poesía, que no se estanca en su género, siendo por momentos también ensayo y comedia, transformando a su traducción en un eje principal del libro.
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La potencia de la palabra
Comienza el año y para quienes somos asiduos a los libros, comienzan también las metas y desafíos de lectura, en lo que a mi respecta he decidido que además de mi cruzada por aportar al fomento lector reseñando literatura infantil, voy ponerle mayor atención a aquellos ejercicios de escritura que suponen una apuesta por ampliar los límites del género, en todo el amplio espectro de la palabra.
Hay dos cosas con las que me he obsesionado últimamente: por un lado la escritura de mujeres y disidencias, y por otro la poesía con todo el potencial político que encierra la subversión del lenguaje.
Chinese market of baratijas
Ann Cotten
77 págs.
Alquimia ediciones. Distribuye Big Sur
“Que una escritura se vuelva imposible de definir es motivo de elogio. En especial si se trata de poesía” así rezan las primeras líneas de la contratapa de Chinese market of baratijas de Ann Cotten, un poemario editado por Alquimia.
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Bajo esta premisa, sumada al título en spanglish, es que mi curiosidad me llevó a abrir este libro. De inmediato pensé que mis expectativas podían ser muy altas. Poesía rupturista, de seguro transita por los géneros -pensé-.
Justamente estos días he estado leyendo textos que podían ser categorizados como un cruce de distintas disciplinas y me han encantado. Así que ansiosa me salté cualquier orden y abrí un poema al azar, de inmediato mis ojos se fueron a las marcas inclusivas de género. Me sorprendí, pensé que podía ser solo ese texto en particular por lo que hice una pasada rápida de lectura para salir de dudas y me di cuenta que toda esta edición contenía el uso de lenguaje inclusivo.
Volví a la contratapa y me pareció curioso que no se hiciera mención a este gran detalle de la traducción así que me resigné a seguir el orden dispuesto en el libro y me devolví a la nota de edición. La curiosidad aumentó exponencialmente cuando leí que todo esto fue un arduo trabajo colectivo.
Si hay algo que aprecio del arte y de la literatura, es la capacidad que tiene de transformarlo todo cuando abrimos el horizonte de lo individual y aunamos nuestros esfuerzos, oficios y saberes en proyectos colectivos.
La traducción es un trabajo muy noble en sí mismo, permite mayor apertura: es una herramienta democratizadora del conocimiento. Por eso cuando me enfrento a escritoras que como Ann son traducidas por primera vez al español, me detengo a apreciar el trabajo que alguien hizo para que pudiera acceder a nuevas lecturas.
Contacté a la editorial Alquimia para aclarar un par de dudas en torno a esta edición de la obra de Ann Cotten, particularmente en torno al proceso de traducción.
El proyecto nace en torno a una propuesta que me hace Mario Gómez desde una institución alemana de intercambio académico: DAAD, quienes financian o fomentan proyectos de interacción en todo Latinoamérica. El proyecto implicaba hacer una colección de obras de autores alemanes, de traducción en poesía en nuestra editorial
— Guido Arroyo, editor de Alquimia
Para el equipo de Alquimia esta propuesta resulta interesante, pero ponen sobre la mesa la necesidad de salir de autorías consagradas y apostar por escritores más jóvenes. Entre todos los nombres que salieron en las conversaciones estaba el de Ann Cotten, escritora austriaca nacida en Estados Unidos a quien eligieron como la primera de tres autores que contempla este proyecto.
“Como la idea se basa en un intercambio académico -agrega Guido- lo que hizo Mario es que se conectó con una colega del DAAD en Argentina. Ambos tienen cursos de alemán en sus respectivas universidades y lo que hicieron fue destinar un semestre de un ramo de la universidad para dedicarse a traducir a Ann Cotten”
Este proceso de traducción significó un trabajo colaborativo que incluyó más de 17 traductores en el libro, todes mencionades en el prólogo. Esto implicó tener reuniones en las que se fueron definiendo elementos estilísticos, estéticos y decisiones en torno a elegir una palabra u otra.
Lenguaje inclusivo
Ann Cotten es particularmente una autora que utiliza el lenguaje inclusivo de manera muy naturalizada, a diferencia de otras obras en las que se plantea el uso del lenguaje inclusivo como un horizonte ideológico o estético que se quiere proponer como una diferencia.
“Yo participé como editor en una especie de reunión con todes les traductores, en donde acordamos ciertos preceptos, como intentar que no hubiesen tantos argentinismos ni chilenismos, etc. Allí surgió el tema del lenguaje inclusivo”
Debido a que la pluma de Ann tiene absolutamente normalizado el uso de marcas neutras de género, lo que decidieron como equipo editorial fue agregar el uso de lenguaje inclusivo en todo el texto, no solo en lo que respecta a las palabras de la autora, sino también a todo el contenido del libro, porque simplemente así lo propone la escritura de la autora.
Lo que vino después fue la ardua labor de editar a estos 17 traductores para unificarles en un mismo poemario.
Humor, crítica y poesía
La obra de Cotten fue una encantadora y avasalladora sorpresa. Llena de referencias e ironías, de reflexiones introspectivas tan propias de los tiempos que vivimos. La crítica al sistema, al capitalismo y a las propias costumbres individuales permiten construir cierta noción de colectividad en sus palabras, porque la identificación que produce a partir de la sorpresa en un lector que no espera una bofetada de humor negro cuando abre un libro de poesía, está tan bien lograda que me parece un acierto editorial de principio a fin.
Lo que anhelo de la literatura no es solo el deleite estético, en particular la poesía es un género me ha hecho re pensar qué es lo que espero que despierte en mi la lectura de un texto. He aprendido en el camino que lo que busco es exactamente esto, la necesidad de recorrer el proceso que la trajo hasta mi, y expandirla hasta todos los potenciales cruces que pueda hacer con otras obras afines.
Una literatura viva, acorde a la lengua que avanza con la humanidad y sus procesos, esto es lo que espero de cada texto que leo y que me dedico a mediar.