Una conmoción causaron los dichos de Gonzalo Valenzuela durante los Premios Caleuche, quien realizó un descargo en contra de sus compañeras actrices tras la funa a uno de sus colegas, Rodrigo Farías. Él criticó que ellas aplaudieran a Farías después de que ganó un premio durante el evento, siendo que hace unos años lo habían “cancelado”, lo que tuvo una afectación directa a “Manguera”.
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“Nosotros hace un par de años íbamos a estrenar una obra de teatro, pero no pudimos, hermanito mío, no pudimos, porque fuimos funados por nuestra propia gente. Este año nosotros cumplimos 20 años del Teatro Mori. Recibimos amenazas de parte de actrices de quemar el teatro. Nos hackearon, contrataron hackers para romper la señal por la cual íbamos a transmitir”, aseguró.
“Solo quiero que tomemos conciencia porque hoy día veo a compañeras que se pusieron esa bandera y las veo aplaudiendo muy contentas como si nada hubiese pasado (...) Y quiero que tomen conciencia de a dónde sale esa bandera”, añadió.
La potente reflexión de Luciana Echeverría
La Red de Actrices de Chile (Rach) realizó unas declaraciones después del descargo de Valenzuela, quien publicó una funa en contra del actor hace unos años, se desmarcó de las aseveraciones del actor de haber amenazado con incendiar un teatro y sabotear una obra de teatro.
Una de las fundadoras de la Rach, la actriz Luciana Echeverría, decidió pronunciarse tras los descargos de Gonzalo Valenzuela, y aprovechó la oportunidad para realizar una crítica hacia las funas y cómo éstas pueden actuar en desmedro de la causa feminista.
Ella escribió un extenso texto en sus historias de Instagram, en donde partió aclarando que ya no pertenece a dicha red, a pesar de haber sido una de las fundadoras. “Las acciones como denuncias o ´funas´ que ocurren en silencio no solo debilitan la lucha feminista, sino que también perjudican directamente a las víctimas cuando se enfrentan al sistema judicial, ya que esto afecta a su credibilidad”, partió.
“He escuchado que existe una lista negra circulando en varias agrupaciones paradójicamente en el mundo del arte, y quiero enfatizar que esto no es un intento de ‘defender a los hombres’, como podía interpretarse de manera superficial. Mi intención es erradicar el fascismo interno que se disfraza de humanidad. Puede que esté equivocada, pero al menos quiero ser honesta en mi perspectiva y hacerme cargo de ser parte de las fundadoras de Red de Actrices de Chile”, continuó.
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“A pesar de haber trabajado para erradicar la violencia de género, siento que es necesario un autoanálisis en torno a cómo se representa a las mujeres ‘víctimas de violencia’. Hablar de violencia a distancia es más fácil que estar en el centro de la situación. Por ello, invito a replantear abiertamente lo que nos convoca como La Palabra, ya que, como actrices, también comunicamos”, prosiguió la actriz.
“Hubo acciones que me avergonzaron”
La actriz continuó con su reflexión, y criticó la ideología de creer ciegamente en una denunciante. “¿Se sienten realmente representantes de todas las actrices chilenas? Yo, siendo fundadora, no me siento representada hoy. Hubo acciones que me avergonzaron y que me llevaron a salir, sin hablar públicamente, hasta que me vi en minoría, al intentar establecer este diálogo en asambleas internas con compañeras. A lo largo de los años, he comprendido que nunca he pertenecido a un solo lugar y que los ‘ismos’ no van conmigo”, confesó.
“Una de las frases que me hace reflexionar es ‘yo te creo’ y sus consecuencias. Recuerdo que una de mis compañeras dijo: ‘Prefiero apoyar a una supuesta víctima y equivocarme que defender a un violador’. Esta postura ha transformado la acción de un comunicado en un sesgo ideológico, convirtiéndose en algo dictatorial y alejado de la realidad, debilitando el derecho a la duda y al pensamiento crítico”, añadió.
“La libertad y el poder de reflexión son esenciales para lograr verdaderas transformaciones sociales, culturales y personales. Es lamentable y cierto que, así como existen las funas, también hay falsas denuncias. Ignorar esto sería irreal. Más triste aún es que estas acciones, verificadas con el tiempo, pueden hacer que se pierda la credibilidad cuando realmente una mujer es víctima de violencia”, continuó.
“Todos cometemos errores y no quiero quedarme callada ante algo que me parece fundamental. Por eso invito a replantear nuestras acciones para que la lucha feminista no se convierta en un descriterio humano”, concluyó Luciana Echeverría.