A eso de las 22:30 hrs, el exfutbolista Mauricio Pinilla hizo su ingreso al Teatro Teletón para cumplir sus labores como uno de los integrantes de la Mesa Digital. Él llegó junto a Jorge “Pelotazo” Gómez y con una copa en la mano para ofertar en la subasta.
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Sin embargo, su estadía tuvo que ser interrumpida debido a que el exseleccionado nacional sufrió una descompensación, por lo que tuvo que retirarse del teatro.
De acuerdo a lo informado por ADN, Pinilla tuvo que recibir atención médica urgente después de que empezó a sentirse mal. Al lugar llegaron paramédicos para atenderlo por una subida de presión.
Él fue evaluado dos veces por el equipo médico, pero no hubo caso. El medio citado señaló que “su malestar persistió y la presión arterial continuó alta, el exfutbolista fue enviado a su casa para descansar”.
Él no fue el único integrante de la mesa digital que tuvo percances de salud, ya que la conocida influencer, Ignacia Antonia, también requirió atención médica, quienes la inyectaron después de presentar síntomas de malestar y vómitos.
La crisis de salud mental que sufrió Mauricio Pinilla
Hace unos días, Mauricio Pinilla estuvo presente en el programa “Tal Cual”, en donde habló sobre los difíciles años que vivió después de una crisis de salud mental. “Yo me pegué una depre súper fuerte, me aislé, me encerré en mi casa, me copeteaba. No me preocupaba de mi familia, de los niños, de los cabros chicos y estaba en una depre súper grande”, confesó.
“Decidí salir de eso, decidí tratarme. Entré a una terapia de rehabilitación con especialistas que me ayudaron a entender mi problema, mi depresión que estaba tan profunda. Me medicaron, estuve en una clínica psiquiátrica internado un mes y medio”, continuó.
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“Ahí dije que esto no podía seguir así, yo dije que quería recuperar el amor de mis cabros chicos, yo quiero recuperar el amor de mi familia, quería recuperar la relación que tenía con Gissella. Yo quería recuperar las cosas que había perdido en tan poco tiempo”, añadió.
Él se sinceró y dijo que el proceso fue duro, ya que se presentaron situaciones que tenía que asumir y reconocer sus culpas. “Lo viví muy fuerte, me costó un montón, pero hoy día me siento el hueón más feliz del mundo, despertando con mis cabros chicos, acompañándolo al colegio, a sus tareas, en risas, en paseos”, reveló.