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“¡La salud no puede ser un bien de consumo!”: Cecilia Bolocco recuerda el cáncer de Máximo y cómo busca cambiar Chile con respecto a esta enfermedad

“No puede ser que porque naciste en el lugar incorrecto estés impedido de acceder a la mejor tecnología”, dijo la exMiss Universo.

Cecilia Boloco y su hijo, Máximo Bolocco | Instagram
Cecilia Boloco y su hijo, Máximo Bolocco | Instagram

Uno de los momentos más complejos en la vida de Cecilia Bolocco fue cuando su único hijo Máximo fue diagnosticado con un terrible tumor cerebral, en el año 2018.

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La exanimadora del Festival de Viña se la jugó para que su hijo recibiera el mejor tratamiento posible, y así lograr recuperarse a pesar de bajar expectativas que tenían los especialistas en un comienzo. De hecho, el retoño de la exMiss Universo logró salir adelante sin ninguna secuela gracias a que se sometió a una radioterapia con protones en el Hospital St. Jude, en Memphis, Estados Unidos.

Este innovador método no toca el tejido sano y que salvó al joven –luego de un devastador primer diagnóstico que le daba apenas dos años de vida– sin dejarle ningún tipo de secuelas

El complicado momento de Máximo

Este hecho generó en una cambio en la vida de ambos, por lo que hoy lideran la Fundación Care. Esta organización tiene como objetivo generar alianzas para traer a Chile la tecnología que logró salvar la vida de su hijo, y a futuro construir un centro oncológico.

Cuando viví la experiencia con Máximo, su enfermedad tan dramática y devastadora, sabía que era para enseñarnos algo profundo. Y se lo dije en la clínica el día que lo hospitalizaron y estaba en la UTI: ‘Mi amor, esto no es un porqué, es un para qué…’”, contó Bolocco en una conversación con la revista Velvet, la cual saldrá a la venta este próximo 7 de octubre.

“Tenía que ver finalmente con poner al servicio de otros esa enseñanza; el camino que transitamos con tantas vivencias; con descubrir un panorama oscuro en que debes encontrar la manera de cambiarlo, porque lo que acompaña al paciente y a su familia durante la enfermedad es un recorrido lleno de trabas, inquietudes, incertidumbre, de tomar decisiones –quizás las más importantes de tu vida–, sin información ni certezas”.

En relación al tratamiento, Cecilia comentó: “Máximo probablemente hoy habría tenido serias secuelas por el tratamiento convencional que existe en Chile y en todo el hemisferio sur. Hablo de bolsones de territorios que no acceden a la primera tecnología porque los gobiernos no tienen la capacidad y para los privados no es rentable, ¡pero la salud no puede ser un bien de consumo! Debemos hacer alianzas y conseguir estos avances. No puede ser que porque naciste en el lugar incorrecto estés impedido de acceder a la mejor tecnología”, planteó.”.

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Cuando le consultan sobre cómo el cáncer es parte de la historia de su madre, Cecilia Bolocco expresó: “Por el historial de cáncer de mi mamá, de mi abuela, de mi bisabuela, de mi única tía por parte de mi madre, de mi prima mayor que murió muy joven. Desde los 30 que me hago la mamografía y una ecografía, y si hay algo alterado, me avisan de inmediato. A eso me refiero con que ese plan está mal diseñado. Esta enfermedad es silenciosa y cuando aparece puede ser mortal. Por eso la prevención y el pronto diagnóstico es esencial”.

Asimismo reflexiona: “Imagínate, si fui capaz de no victimizarme y de ser feliz en medio de la tragedia y de gozar cada instante con Máximo ante la posibilidad de que se podía ir, hoy tenerlo aquí me da una fuerza infinita para seguir con mi propósito. He leído mucho sobre el tema espiritual de diferentes religiones y, te digo con certeza, que uno escribe su destino. Cuando te dicen que a tu hijo le quedan dos años de vida –que puede ser; en muchos casos la medicina no se equivoca–, quizás, a pesar de ese pronóstico tan oscuro, si logras gozar la vida, llenarla de amor, de intención, de alegría, de agradecimiento, a lo mejor, te sanas y no llegas a ese final. Tengo muchas interrogantes que me llevan a pensar que uno puede cambiar lo que la lógica indica. Y esto lo empecé a entender desde muy chica, a los 21 años…”.

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