“Mi cuerpo me hablaba y no quise escucharlo. Seguí, enferma, con reacciones alérgicas, a ciegas. Quería cumplir con todo. A veces pienso que las puedo hacer todas, pero pucha que es importante escucharse y parar. Toqué fondo y aquí estoy en mi cama en reposo”.
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Con estas palabras, la periodista Isidora “Tita” Ureta encendió las alarmas entre sus seguidores de redes sociales, quienes reaccionaron con evidente preocupación al ver cómo la actual figura de Mega había ingresado de urgencia a una clínica capitalina por un desconocido cuadro de salud.
El estrés de Tita Ureta
Uno que, en sus palabras, combinó una fuerte sinusitis con una preocupante reacción alérgica, provocadas por “estrés”.
“Tuve sinusitis y una alergia que pudo haber sido por estrés. Siempre soñé con estar donde estoy ahora. Miro para atrás y agradezco el rol como comunicadora que estoy teniendo. Por eso me cuesta decir que no a las oportunidades que se me presentan. Me muevo harto, entre proyectos personales y Mega (donde anima ‘De paseo’, ‘La hora de jugar’ y ‘Aventuras por Chile’). Trabajo los fines de semana y no me doy el tiempo para descansar. Eso finalmente pasa la cuenta”, indica en lun.com, ya recuperada y feliz de retomar sus funciones en el canal privado, donde este miércoles incluso apareció en el matinal conducido por José Antonio Neme y Karen Doggenweiler.
“Me dieron días libres (en Mega) y volví recargada, directo al matinal. Estoy aprendiendo a ir con más calma y escuchar las señales del cuerpo, que se manifiesta”, reconoce Tita, quien agradece el apoyo ciento por ciento de su esposo, Spiro Razis, quien no dejó de estar a su lado y atenderla durante sus días de recuperación.
Mi cuerpo me hablaba y no quise escucharlo. Seguí, enferma, con reacciones alérgicas, a ciegas. Quería cumplir con todo
— Tita Ureta
“Es mi mayor pilar, es mi motor para hacer todo. Me apoya, me aconseja y me empuja a que cumpla mis sueños. Dormí 14 horas seguidas, una especie de cura del sueño, y él me hizo una sopa con puros ingredientes naturales que revive muertos. Me costó quedarme en cama, pero lo necesitaba”, contó.
“Creo que el equilibrio en todo es la clave. Aprender a cuidarme. Los cambios de temperatura en el invierno me jugaron una mala pasada, además de estar con defensas bajas. El invierno me cuesta más. Necesito sol, con los días más largos funciono mejor. (Debo) aprender a poner límites, decir que no, para que el cuerpo no pase la cuenta”, finalizó.