Luis Jiménez reconoce que a dos semanas de estar definitivamente separado de su esposa, María José “Cote” López, su nueva vida de soltero no ha cambiado demasiado, al punto que sigue con sus proyectos laborales y ve “todos los días” a sus hijos.
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Aunque sincera que con el fin de su matrimonio con la modelo e influencer “lo más difícil es ver que tu proyecto de vida ya no se cumplirá”, el exfutbolista asume que por lo menos este nuevo proceso lo ha sabido llevar en una buena relación con su ahora exesposa.
La nueva vida de Luis Jiménez
“Estamos separados hace dos semanas y esta vez no habrá vuelta. Las despedidas o separaciones son siempre difíciles. En nuestro caso fueron casi dieciocho años juntos con María José. La verdad es que no ha sido nada fácil. Por suerte nos llevamos bien y tenemos una muy buena comunicación que hace que dentro de lo difícil sea todo más llevadero”, cuenta Jiménez en lun.com.
Lo más difícil es ver que tu proyecto de vida ya no se cumplirá, los objetivos y metas que tenía desaparecen y hay que replantearse todo
— Luis Jiménez
“Me estoy enfocando en mis hijos y en el trabajo. También estoy trabajando mucho en mí, tanto física como mental y espiritualmente. Estoy en terapia psicológica hace ya mucho tiempo y cuento con el apoyo de mi familia, tal como lo he tenido durante toda mi vida en los momentos difíciles. Soy afortunado”, agrega el deportista, quien reconoce que su día a día poco ha cambiado tras su separación.
“No ha cambiado mucho mi rutina. Me cambié a un departamento más pequeño, pero veo a los niños todos los días. Se quedan conmigo entre tres y cuatro días de la semana. Voy a la oficina todos los días, retomé los entrenamientos. En realidad, mi rutina no ha cambiado mucho, la única diferencia es que ya no paso tiempo con María José y no vivo en la misma casa”, dice.
“Nos llevamos bien. Nos comunicamos más que nada por los temas de los niños en este momento, pero hay buena relación. Sin duda fue y será la mujer más importante de mi vida. Pasé dieciocho años con ella y veo difícil llegar a tener una relación tan importante como la que tuvimos”, explica Jiménez, para quien “lo más difícil es ver que tu proyecto de vida ya no se cumplirá, los objetivos y metas que tenía desaparecen y hay que replantearse todo”.
“Lo positivo es que lo hemos sabido llevar con cariño y respeto. Nuestros hijos son niños felices. Fueron dieciocho años increíbles, donde logramos muchas cosas juntos. Fuimos felices, nos apoyamos y nos reímos mucho”, finaliza.