En capítulos recientes de “Juego de Ilusiones”, dados diversos hechos ocurridos- como la muerte del hijo de Guzmán y la de Lucas-, la gendarme Faúndez (Paula Ureta) se ha mostrado evidentemente más vulnerable de lo habitual.
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La explicación quedará de manifiesto en el episodio 387 de la teleserie diurna, al cual Fotech accedió a través de Mega Go, cuando la funcionaria penitenciaria realice una angustiosa confesión a Mariana.
Faúndez conducirá al personaje de Carolina Arregui hasta la habitación para encuentros íntimos, que habitualmente empleaba Martín Lara con Vásquez. Una vez en el dormitorio, la protagonista de “Juego de Ilusiones” le preguntará, extrañada, qué hacen ahí.
La gendarme le indicará que es el único lugar en la cárcel de El Faro que no tiene cámaras. Luego, le comunicará que necesita su ayuda.
“Me tienen amenazada”
Si bien el rol de Paula Ureta le dirá que fue un error, la madre de las hermanas Mardones Nazir no le permitirá retractarse de sus intenciones originales.
Entonces, Faúndez le señalará que ella tenía razón, que no se podía contar con su confianza. Asimismo, confesará que ella dejó las fotografías de su hija (Javiera) al momento de ser detenida por la policía, sobre su cama en su celda. Además, admitirá que ella introdujo la grabación de la voz de Alana en los altoparlantes del recinto penitenciario, pero sólo la última vez.
Finalmente la gendarme le confesará que todo fue orquestado por los Rumián, Mariana le preguntará si trabaja para ellos, a lo que Faúndez le indicará que la obligaron, confirmando las sospechas que anteriormente Nazir le había insinuado a la funcionaria penitenciaria.
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“Me tienen amenazada. Me obligaron, Nazir. Tienen a mi hermano secuestrado”, admitirá.
También hay otra persona dentro de la cárcel que se encuentra a las órdenes de los perversos Rumián, aunque no se sabe si por su propia voluntad.
En una escena del mismo capítulo, Rosita le comentará a Marisela que anoche, mientras iba al baño, escuchó a Faúndez discutir con Lola, y que dedujo que ambas trabajan para la familia de la exlíder de las reclusas de El Faro. En todo caso, se desconoce si Patricia y Alonso han extorsionado a la presidiaria- como lo hacen con la gendarme- o simplemente ella coopera por dinero y otros beneficios.