La cantante rancagüina, Katherine Orellana, ha recorrido un largo camino para llegar a estar donde se encuentra hoy día, lejos de los excesos que tanto daño le hicieron, y se siente más plena que nunca. Consciente de que es adicta, y trabajando día a día para mantenerse estable.
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Orellana dio una sincera entrevista a La Cuarta en donde habló sobre su duro pasado con el alcohol, la sustancia que le genera adicción. Ella contó su historia y se remontó a sus años televisivos. “En mi adolescencia fumaba marihuana y me tomaba mis copetes, pero nunca fue problema. Pero se terminó Rojo y empecé a tomar y salir todos los días”, recordó.
“La plata se fue y sin darme cuenta estaba empantanada en el alcohol y la droga. Estuve un tiempo funcional, pero nada (...) Es diferente cuando consumes otro tipo de drogas, que pasas más piola, pero el alcohol era súper evidente en mí. Aparte, me había hecho un bypass gástrico, entonces si me tomaba un pisco sour me hacía más efecto”.
“Alcoholizada le podía decir sí a todo. Hay muchas cosas, incluso de mi vida, que no me acuerdo, y que en terapia he podido desbloquearlas... Perdonarme fue mi primera acción de amor propio, por la poca conciencia de enfermedad”, añadió la cantante
“La adicción es una enfermedad”
Al detallar sobre cómo era su actitud bajo el efecto del alcohol, ella señaló que “era negativa y violenta, contra el mundo, contra mí, me auto saboteaba, y obviamente (me sentía) la víctima de la situación. Totalmente enferma. No digo que sea una justificación”.
“La adicción es una enfermedad, así como la obesidad, y lamentablemente en este país no se ve así. La adicción ni siquiera es una enfermedad de la droga y el alcohol, es la enfermedad de las emociones; el alcohol y la droga solamente es la guinda de la torta, nada más”, aclaró la cantante.
Kathy reflexionó sobre un mediático momento en su carrera televisiva, su errático paso por el programa “El Discípulo del Chef”. “Fue la última cagada grande que me mandé, por irresponsabilidad. Me hicieron un portonazo en mi casa y me lo cuestionaron. Y como yo andaba irritable, reaccioné y los mandé a todos a la chucha, en vez de haber dicho: ‘Sí, tuve este percance...’ y tomado así”, contó.
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“Pero andaba pólvora, totalmente desregulada, entonces me decían ‘pero’ y yo decía 20.000 chuchadas más. Estaba en plena adicción, en mi etapa full. Fue el último programa en que estuve con adicción... pido disculpas”, añadió Orellana.
“Ay, me mandé puras cagadas; pero lo bueno es que uno lo reconoce y, aparte, mostrarlo con acciones. Me porté súper mal con el descargo que le hice a la productora. Estaba desregulada completamente, pero me hago cargo. Por lo menos, actúo hoy en día bien. Pido las disculpas; pero lo hecho, hecho está, y hay que ponerle pa’ adelante”, asumió.
Su paso por el centro de rehabilitación
En 2021, Orellana decidió ir a un centro de rehabilitación para tratar su adicción al alcohol. “Curá tomé la decisión, me fui con una caja de vino para el centro. Es tan cuática la adicción que uno, en definitiva, sabe que la está cagando, pero estás tan empantanado que quieres salir y no puedes, porque el cuerpo te lo pide”, contó.
Este proceso fue muy complejo, y reveló el duro comienzo de este tratamiento. “Las dos o tres primeras semanas lo pasé horrible, porque la desintoxicación del alcohol es muy fuerte, la falta de... convulsiones, vómitos, arritmia, insomnio y alucinaciones”, señaló
“Me llevaron como tres veces de urgencia al hospital en Talagante porque convulsionaba y vomitaba espuma. Cuando me metí dije: ‘No quiero ningún tipo de drogas de nada’, y me insistían en que ‘tienes que tomar algo para dormir’ pero yo ‘no, nada pa’ dormir’. Estuve como tres semanas en que mis compañeras me tenían que dar el té porque por mis tiritones no podía sostener nada; la comida me la tenían que dar. Llegué horrible, flaca como palo, estaba pesando unos 50 kilos”, recordó.
El presente de Katherine
Los aprendizajes en el centro son invaluables para Katherine Orellana, quien pudo conocerse un poco más tras este trabajo en su sanación. “En rehabilitación me deshabitué tanto de lo que yo era, y me habitué tanto a conocer quién soy en realidad, que en camino me di cuenta que no me conocía nada, que sólo era una persona construida en base de puros cumplidos de la gente, ¡no de mis cumplidos! Empecé a llenar puros vacíos con los cumplidos de la gente, pero no de lo que yo realmente quería o sentía”, confesó.
Su vida cambió completamente tras rehabilitarse, pero está consciente de que es una enfermedad con la cual tendrá que lidiar de por vida. “Me cuido. No es que hoy tomar una mala decisión, pero no mido controles. Sé mi enfermedad y tengo conciencia de enfermedad; y cuando uno tiene esa conciencia, no se cree sano y no anda por la vida sano”, aseguró.
“No porque yo me haya rehabilitado, y tenga dos años de abstinencia, ya estoy sana; no, al contrario, más tienes que andar como la más enferma de todos, para cuidarla. Llevo dos años de abstinencia, la última vez fue el 26 de diciembre, después de Navidad, como dos días después, porque pasé el Año Nuevo 2022 internada”, relató.