El actor Álvaro Espinoza recordó su protagónico rol en “El Señor de la Querencia”, en la versión del 2008, donde le dio vida a Buenaventura.
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Cabe recordar que este personaje era uno de los criados de José Luis Echeñique (el protagonista), a quien le permitía estar con su esposa, María Pradenas (Patricia López).
En una conversación con ChileActores en el marco de la iniciativa “Pantalla Viva: 40 años de teleseries”, Espinoza contó cómo fue la construcción de este recordado personaje que hoy sigue dando que hablar por su interpretación.
“El Señor de la Querencia es bien particular para mí, en mi experiencia, por varias razones respecto del personaje”, reveló, agregando que “era alguien muy pequeño inicialmente, un servidor. Entonces, yo entendí que el personaje, a diferencia de otros que son más importantes, con más diálogo, tenía que entenderse al verlo, el público tenía que inventarle una historia”, explicó.
“Con esa premisa: yo dije Buenaventura es formal y kinético, con una voz y movimientos característicos, una construcción (de personaje) muda”.
“Porque, además, en la historia, soy el lacayo, a tal nivel que Echeñique es dueño de mi mujer, de mi hija, soy la propiedad de otro”, recordó sobre su rol, quien finalmente fue matado por su patrón.
“Nadie puede estar tan metido en eso si tiene comprensión del medio, o sea, este personaje es un poco limitado. Tenía que buscar elementos que lo justificaran en ese sentido. Pero no quería ser un hombre tonto, sino que ignorante, pobre, alcohólico, totalmente sometido, realmente un esclavo”, detalló.
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Las aptitudes de Buenaventura
“Fue un personaje súper caracterizado y solo, esto en un elenco que estaba todo bastante realista. Pero la teleserie no salió al aire después de que la terminamos, entonces me costó mucho validar ese personaje, fue una lucha constante”, reveló Álvaro en la conversación.
De hecho, en ese momento creyó que “los directores (de TVN) tenían mucho nervio de lo que podía pasar con ese ‘mono’, y me empujaban todo el rato para que yo, ojalá, hablara normal, actuara normal, pero yo tenía una intuición súper fuerte, yo sabía que iba bien, y tenía a mi equipo”.
“En el trabajo, en el set, entendía que todo el mundo estaba con Buenaventura. Si a la gente que trabaja conmigo le entra el personaje, lo pasa bien, lo disfruta, se conmueve, se ríe, listo. Para mí, esa es la proyección de lo que puede pasar con el público. El personaje funcionaba”, manifestó.
Esta institución le sirvió puesto que tuvo una buena llegada y logró transmitir lo que quería. “Cuando salió El Señor de la Querencia, pegó el personaje, se entendió. La gente me decía ‘oye que es hediondo’ y las teleseries no se huelen; ‘Oye, que es curado’, y rara vez se me vio tomando en pantalla”.
“Quería contar la historia con la claridad de que el personaje es un cuento, porque no tiene ese desarrollo que permite otras lecturas, entonces es un trabajo súper de artesanía”, cerró.