En redes sociales es habitual verla junto a sus regalonas Funky y Salsa, siempre con palabras elogiosas para sus canes, Vesta Lugg es una ferviente promotora de la adopción de perros.
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Sin embargo, lo que no muchos saben, aparte de sus poco más de un millón de seguidores de Instagram, es que la artista nacional llegó a sus regalonas gracias a la noble iniciativa de la fundación Ayuda Callejeros, de donde llegó a su vida Funky.
El amor perruno de Vesta Lugg
“Mi situación con los perritos cambió mucho el último tiempo. Cuando vivía con mis papás siempre ellos fueron hogar temporal de perros, me acostumbré a que hubiera cinco o seis perros en la casa. Los perros son bacanes por ser ellos, no por cómo se vean, cada uno es único”, cuenta la influencer, quien en entrevista con lun.com refuerza la promoción de este tipo de iniciativas a los amantes de los perros.
Como en el caso de Canela, una perrita adulta que acogió por un mes en su casa durante febrero, y a la que también llegó por intermedio de Ayuda Callejeros. “Fue una experiencia maravillosa porque era un caso muy especial porque ella fue maltratada, estaba bien traumada, entonces queríamos que estuviera más acostumbrada a ver más personas, compartir con otros perros, a dormir en una cama, a pasear, a comer en el plato, a tener juguetes. Fue difícil despedirnos, lloré mucho porque tuvimos una conexión especial, y hasta hoy tenemos contacto con sus dueños. Esta nueva familia es todo lo que ella necesitaba y eso le gana a la pena”, reconoce Vesta, quien en esta aventura canina no está sola, puesto que cuenta con el apoyo de su amiga y brand manager de su medio “Muy Vesta”, Alisson West, quien también acogió temporalmente a Peluche, un cachorro de dos meses que rescataron del abandono.
Los perros son bacanes por ser ellos, no por cómo se vean, cada uno es único
— Vesta Lugg
El compromiso de Vesta con esta labor de cuidadora temporal -expone lun.com- es tan grande que hace pocos meses decidió sumar a otra perrita para acompañar a su siempre fiel Funky: Salsa, una “quiltra de un año que fue abandonada preñada y tuvieron que intervenirla pues no iba a sobreviri al parto”.
“Me la traje para cuidarla, si se llevaba y se elegía con la Funky, iban a ser hermanas, y así fue. Funky la cuida, la defiende, la acompaña, comparten cama, juguetes y comida”, explica.
“Por redes sociales la gente puede ver la experiencia enriquecedora que es ser hogar temporal que es pura ganancia, motivarse a serlo o a adoptar”, finaliza.