Los nuevos personajes que han arribado a la historia de “Juego de Ilusiones” no dejan de sorprender, lamentablemente por motivos no muy luminosos. Recientemente entraron a escena Patricia y Alonso, madre y hermanos de la fallecida Alana Rumián, quienes no cejarán sus esfuerzos hasta vengar su muerte.
Precisamente el rol de Alonso Quintero oculta un truculento pasado que quedará de manifiesto en el capítulo 361 de la teleserie, el cual será emitido este viernes, pero al cual accedió Página 7 a través de Mega Go.
Según se ha visto en episodio recientes, el hermano de Alana tiene como objetivo seducir a Javiera, la menor de las hermanas Mardones Nazir, como parte del plan de venganza contra Mariana.
Esta revancha en particular se motiva en que fue el personaje de Carolina Arregui quien asesinó a Alana, por lo que Patricia le encomendó a su hijo conquistar a Javiera, como forma de ganar su confianza, para luego arrebatarle la vida. “Ojo por ojo, hija por hija”, sentenció el rol de Ximena Rivas.
Pues bien, Alonso ya inició su plan de romance con la estudiante de veterinaria y todo indica que va muy bien encaminado, Incluso también ha recurrido a sus encantos para obtener la confianza de las hermanas del rol de Fernanda Finsterbusch para que sean sus aliadas.
El espeluznante secreto de Alonso
En este oscuro objetivo, el hermano de Alana enseñará una cara siniestra que impactará a los seguidores de “Juego de Ilusiones”.
En el capítulo que Mega transmitirá este viernes se detiene unos momentos a contemplar forogtafías de Javiera, al tiempo que lamenta tener que defraudar el corazón de una mujer “tan bonita”.
No obstante, su expresión cambia cuando accede a su computador y revisa una carpeta de archivos llena de fotografías de mujeres, a quienes identifica por su nombre una a una.
“Ana, Andrea, Antonia”, pronuncia en un suspicaz tono de voz, para luego tomar una caja y, desde su interior, extrae una pequeña bolsa que reserva un espeluznante secreto.
Al invertir la bolsita sobre la palma de su mano caen diversas piezas dentales, las cuales pertenecieron a sus víctimas. De esta forma se da a entender que Alonso es un femicida y los trofeos de sus crímenes son las sonrisas de esas mujeres.
“Ahora solo me falta tu sonrisa, Javiera”, augura el hermano de Alana, en una revelación que hará temer a la auciencia por el futuro de la joven.