María Antonieta Inol Rivera, es una profesora de Educación Física del Colegio Miguel de Cervantes en Punta Arenas y bombera con más de 20 años de servicio en la Unidad de Rescate, logró llevar la bandera magallánica hasta el campamento base del Monte Everest, la montaña más alta del mundo. “Siempre quise ir al Everest, siempre fue mi sueño”, confesó la docente tras regresar de una travesía inolvidable.
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La expedición, que se prolongó durante doce días en la montaña, fue organizada por una empresa argentina especializada en llevar turistas al campamento base del Everest. Inol Rivera fue parte de un grupo de seis chilenos, acompañados por montañistas de Argentina, Uruguay, México y Estados Unidos. Durante la escalada, la profesora contó con un equipo que la asistió en la alimentación y otros gastos necesarios para la aventura. “El campamento base está a 5.360 metros de altura y la gente acostumbra a ir a este lugar en primavera o en otoño”, explicó al medio El Pingüino.
Uno de los momentos más significativos para la docente fue el reconocimiento que recibió la bandera magallánica. “Como nosotros íbamos con la bandera de nuestra región, nos reconocieron varias personas extranjeras y la asociaron a las Torres del Paine”, relató, añadiendo que recibir esos elogios por el emblema de su región fue un motivo de gran orgullo.
El especial gesto de la docente con estudiantes de Nepal
Después de los días en la montaña, Inol Rivera tuvo la oportunidad de recorrer Katmandú, la capital de Nepal, y visitar áreas cercanas al Everest. Una visita destacada fue a la escuela Edmund Hillary, nombrada en honor al primer hombre en escalar la montaña. “Me atendió el director de la escuela. Ellos son budistas. Tuvimos intérpretes porque el idioma de ellos es nepalí y, obviamente, nos recibieron muy contentos”, detalló al citado medio.
La profesora llevó consigo una donación especial para los estudiantes de la escuela que consistió en set de lápices y gomas. “El director me hizo una bendición y me entregó una bufanda (khata) como muestra de agradecimiento”, contó emocionada.
Durante su visita, Inol Rivera pudo interactuar con los niños de la escuela. “Saludé a los niños y muchos de ellos ya hablan inglés, porque hay una fundación que trabaja con ellos, la que también les enseña chino. Todos los niños son muy alegres, en general, la gente nepalí es muy alegre”, comentó.
Esta experiencia no solo significó cumplir un sueño personal para María Antonieta Inol Rivera, sino también representó un intercambio cultural enriquecedor. Al poner la bandera magallánica en lo alto del Everest, llevó consigo un pedazo de Punta Arenas y dejó una huella solidaria en una comunidad escolar al otro lado del mundo.