Este jueves 2 de mayo, se estrenó el último trabajo de los directores chilenos Maite Alberdi y Cristián Leighton, la serie documental “La Vida es Sueño”, en la popular plataforma de streaming Netflix. Esta producción de Surreal Films retrata las fantasías y sueños de personas mayores, las cuales fueron llevadas a la realidad a través de una propuesta teatral.
PUBLICIDAD
En el adelanto de esta producción de seis capítulos, se aprecian las fantasías de diversos adultos mayores, quienes sueñan con ser retratadas a través de un desnudo artístico; poder recrear en su propio funeral; actuar como la asesina de una novela policial e incluso llegar al espacio.
Un acercamiento a las añoranzas de los adultos mayores
Los realizadores en conversación con Publimetro hablaron sobre qué los atrajo de este proyecto, Alberdi partió comentando que esta “es una idea que surgió en la pandemia. Los dos sentimos que las personas mayores estaban siendo infantilizadas. Empezaron a salir reglas muy absurdas que no se le estaba dando la libertad que necesitaban y que se seguía estigmatizando mucho y los escuchamos poco”.
“Es una serie que la creamos con la intención de escuchar. Los dos hemos trabajado en nuestra filmografía con personas mayores, pero nunca desde esta cantidad de voces y diversidad en un mismo contenido y una misma obra. Es una invitación a la escucha y a romper los estereotipos”, agregó.
Por su parte, Cristián señaló que le llamó la atención de poder cambiar la mirada que existen en ciertos temas, profundizar en estos y poder experimentar con una narrativa de manera atractiva. “En este caso, el cambiar la mirada de las personas mayores, nos propusimos cambiar la forma de abordar y narrar esta realidad. Cuando existe esto siempre es desafiante e interesante. Sentimos que teníamos que implicarnos en el proceso como directores y también como equipo realizador para dar cuenta de esta experiencia”
“Una de las cosas que fue importante es que la gente que entrevistamos y conversábamos lo pasara bien, yo creo que eso se nota. Esta experiencia fue algo inédito para ellos, y además lo pasaron muy bien. Eso es una ética que tiene la serie que vivieran una experiencia que fuera gratificante, que les dejara algo a ellos”, continuó Leighton.
Los tiempos de la emoción
Crear un vínculo con los personajes que participaron de esta serie fue un proceso completamente distinto a la observación del día a día como en sus previas obras documentales, sino que el formato permitía llegar a las añoranzas de las personas desde otro ángulo.
Maite Alberdi rescató las habilidades de su compañero de dirección para llegar al corazón de las personas. “Creo que al hacer una serie de conversación son distintos los tiempos, lo que teníamos que defender era el tiempo que teníamos para conversar con cada uno. Es un proceso de un año que es estándar en ese formato, pero que al mismo tiempo no es un proceso de seguimiento sino que es otra forma de aproximarse a la realidad”, cerró.