Adriana Barrientos levantó anoche las primeras alertas respecto del español Amadeo Lladós, el joven mentor de 31 años que con su coaching motivacional habría provocado el quiebre matrimonial entre Marcelo Ríos y Paula Pavic.
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En su momento, la propia esposa de Ríos había dado luces -en una entrevista dada a Nataly Chilet- respecto del perfil del mentor que había cambiado su perspectiva de vida, un nuevo impulso para su desarrollo personal que acabó con su relación matrimonial con el extenista, y abrió una serie de problemas, hasta la fecha, desconocidos por los medios de espectáculos respecto de su relación de años.
La denuncia de Adriana Barrientos
Y ahora, que ya se han revelado más detalles del quiebre entre Pavic y Ríos, en el programa “Zona de estrellas” quisieron conocer más de Lladós y sus famosas mentorías en redes sociales. Las cuales, en palabras de los periodistas del programa farandulero, están más cerca de ser una “especie de estafa piramidal”, del “estilo Ponzi”, que unos cursos de desarrollo personal, como presentó Paula.
Con más de 30 cuentas en las plataformas digitales, y al menos 740 mil seguidores en una de ellas, Pablo Candia y Manu González explicaron en el programa de Zona Latina que lo de Lladós estaría más vinculado a estafas masivas.
Algo que Barrientos reafirmó al señalar que el objetivo final del español no era la esposa de Ríos, sino más bien el propio deportista. “O sea, este caballero estaría tras de la fortuna, finalmente, del Chino”, señaló.
“Es como la presa que se ve que puede agarrar ahí”, insistió Adriana, que para ratificar su denuncia en contra del coach de Pavic les entregó un dato irrefutable de la estafa que estaría detrás del modelo de coaching de Lladós.
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“¿Puedo decirles algo respecto de la fama del caballero? Todos los seguidores del caballero son falsos. Hay 740 mil seguidores. Yo aprieto el primero, y tiene una sola publicación; aprieto el segundo, y tiene cero publicaciones; una publicación, cero publicaciones, una publicación, son puros Instagram falsos”, acusó.
“Él paga para tener esa cantidad de seguidores, y los seguidores son perfiles falsos. Él no tomó el cuidado de resguardarse, porque la gente que compra seguidores puede resguardar su cuenta para que la gente no revise. Pero le faltó, le faltó al hombre, se le fue el detalle”, insistió.
“La estafa estaba a medias. No es famoso de nada. Entiendo que se puede evitar (que los usuarios revisen los seguidores de una cuenta de Instagram), porque yo traté de verle los seguidores a una colega mía, que no la voy a nombrar, y no pude ver. No tengo idea cómo se hace eso. Pero aquí estoy viendo que los seguidores de él son todos falsos”, cerró.