Risas, emoción y muchos abrazos. Eso fue lo que dejó el reingreso temporal de Sebastián Ramírez a Gran Hermano, como parte de la actividad “el congelado”.
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Tal como ocurrió la vez pasada, cuando cuatro participantes eliminados del reality regresaron a la casa estudio, esta vez fue el turno de Seba, Estefanía Galeota, Trinidad Cerda y Viviana Acevedo quienes pudieron reencontrarse con sus compañeros de encierro y entregarles distintos mensajes, aunque sin que los jugadores pudientes responder, puesto que debían permanecer “congelados”.
El primero en cruzar la puerta fue Ramírez quien sacó varias lágrimas entre sus cercanas, Cony y Pincoya, pero también varias carcajadas. Esto, porque no ingresó solo, sino que “acompañado de Bambino”: Entró con una gigantesca planta, en alusión a la pasiva presencia que tuvo Fernando Altamirano.
Tras ello, saludó a todos afectuosamente, incluso con quienes tuvo conflictos como Rubén y Jorge. Al primero, lo abrazó y llamó “sargento Matamala”, mientras que al Mister Mundo lo molestó nuevamente con su belleza y le recalcó que se veía mejor con barba. A Hans, en tanto, le dijo que estaba igual, porque “no hablaba nada”.
Pero los momentos más emotivos fue cuando abrazó a Constanza, con quien tuvo un breve romance, y le pidió “perdón”, además de reiterarle que lo estaba haciendo muy bien.
“Pucha, te quería decir más cosas, pero tengo a todos estos hueones acá” lamentó, sin perder el sentido del humor.
A Jennifer, en tanto, le dio un fuerte abrazo en el dormitorio y le dijo que la quería. Además, le regaló la polera que llevaba puesta, dejando al descubierto su tonificada figura.
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“Siga así, pasándolo bien. Que no lo quiten en ángel”, la consejo.
A Raimundo Cerda, también saludó amistosamente, lo cual fue interpretado por el público como en apoyo a la incipiente amistad y cercanía con Cony.