La noche del jueves Gran Hermano tenía una sorpresa para los participantes y los televidentes. Se trataba del reingreso temporal de cuatro de los seis eliminados por el público: Ariel, Maite, Fernando y Francisco Arenas, bautizado con cariño como “Papá Lulo”.
Fue justamente él quien hizo llorar a los televidentes con su emotiva entrada, puesta que corrió por la casa buscando a sus más cercanos, llegando donde Constanza, La Pincoya y Sebastián, a quienes les dedicó emotivas palabras y los emocionó hasta las lágrimas, mientras ellos no podían moverse puesto que se trataba de una prueba llamada “congelado”.
A la primera que abrazó fue a Coni, rompiendo ambos en llanto.
“Donde está mi gladiadora. Fuerza, fuerza, fuerza. Tú eres valiente, capaz y te voy a estar apoyándote de afuera, no te he olvidado. Yo soy tu padre. Te quiero mucho”, fueron algunas de sus palabras.
Tras ello pasó frente a Hans y le pidió disculpas por no haberse despedido. “Hans lo siento mucho”, le indicó.
“Cuidame a la Coni”
Posteriormente buscó a su amiga Pincoya, a quien abrazó y llenó de amor. Tras ello fue en busca de Sebastián, quien estaba acostado en su cama.
“Compadre, te conozco poco pero te quiero. Cuídame a la Coni, voy a tener fe en ti. No peleen. Sé que eres buena persona”, le dijo llorando.
Además, le dijo que “cuando joven yo fui como tú. Te miro y conozco la cara de un buen hombre. Piensa cuando hagas algo, te quiero mucho. Cuida a las dos (Coni y Pincoya). Nos vemos afuera, los voy a estar esperando”, reiteró.
Finalmente, cuando abandonaba la casa, les dio un mensaje a todos: “No les tengo odio a ninguno de ustedes. Las cosas suceden en la vida y uno tiene que avanzar. Lo lamento mucho, lo siento Hans”, señaló para correr hacia la salida, sin decirle nada a la señora Mónica.