Este domingo en “De tú a tú”, Martín visitó a la animadora Carolina de Moras para tener una conversación en su casa. Primero, al animador lo recibió el perro salchicha de la animadora, “Goliat”, que tiene los ojos de distinto color, y luego, recorriendo la casa, hablaron de la vida actual de la ex animadora del Festival de Viña.
Dentro de los temas, la modelo y animadora relató que cuando regresó a Chile luego de su periplo por Miami y Europa con sus inicios en las pasarelas, ya estaba saliendo con Claudio Khamis, quien se convertiría en el padre de su hija.
“Él quería una relación más aquí que a distancia. Además nunca quise ser una súper modelo top, quería recorrer el mundo y viajar, pero la vida nómade me tenía cansada. Estaba súper sola”, explicó Carolina sobre su decisión: “Yo estaba súper enamorada, lo miraba y lo amaba con todo mi ser. Me sentía pololeando con un súper hombre”.
Sin embargo, los 15 años de diferencia entre ambos empezaron a hacer estragos. “Empecé a ceder mis espacios porque estaba con este hombre que manejaba mejor la vida que yo. Me dejé llevar y me dejé estar un poco. Teníamos muchas diferencias de personalidad y de carácter”, contó.
Todo empeoró cuando empezaron a planificar casarse. “Uno trata de engañarse, de imaginarse de blanco, y la fiesta, me probaba vestidos, me gustaban todos, pero me miraba y me decía ‘No soy novia’. Y esta relación, llevándonos así toda la vida, el matrimonio no iba a mejorar las diferencias de personalidad y de caracteres que teníamos”.
Fue así como, ad portas de dar el mayor paso de su vida, decidió dar un paso atrás, sin imaginarse lo que sucedería: “Me iba a casar, decidí no casarme, y me di cuenta a la semana de que estaba embarazada”.
Según narra Carolina, “quedó la escoba. Fue súper duro, yo me sentía súper fracasada, dolida, sola, súper botada, avergonzada ante mi familia, sentía que les fallé. Pasé todo mi embarazo sola en un departamento y volví a bancarme el dolor, el miedo y la frustración sola. Me martiricé harto, me di duro, tuve síntomas de pérdida por el inconsciente, pasé casi todo mi embarazo en cama”.
Cuando finalmente nació su hija Mila, ambos decidieron darse una nueva oportunidad, para arreglar la relación y ser padres juntos. Pero no resultó. “Dijimos ‘Ya, hagámoslo juntos’. Y duramos seis meses. Nos dimos cuenta de que no iba a ninguna parte. Pesqué mi guagua y nunca más volví ni siquiera por un calzón”, contó.
Este terremoto en su vida coincidió con el terremoto de febrero de 2010. Intentando rehacer su vida, se propuso reinventarse para mantener a su hija. Y al poco tiempo, la invitaron a salir en un enlace en vivo en un matinal. Una semana después, la llamaron de ese mismo matinal para estar de manera estable en el programa. Era el “Buenos días a todos”. “Yo miraba para arriba y decía ‘Me cayó del cielo porque necesito pega’”, recordó la animadora.