Patricia Maldonado es una de las invitadas del próximo capítulo de “Podemos Hablar”, lugar donde -entre otras cosas- revelará la forma en que satisface sus deseos sexuales.
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De hecho, Érika Patricia Maldonado Aravena no tendrá ningún tapujos en contar como fue que se encontró con el mundo de los consoladores, y todo de la mano de una de sus mejores amigas.
“Un día le digo a la Raquel (Argandoña), sabes que le estoy exigiendo mucho a mi marido, no es lo mismo a los 15, 30, 40, que a los 70 y tantos. Y todavía le dije estoy como ganosa, qué hago”, comenzó relatando Maldonado.
Paty y los consoladores
De acuerdo a lo que contó, Raquel la llevó a un sex shop. “Ella me dijo a mí, tengo un dato Maldonado, Apumanque, primer piso abajo, yo te acompaño”, dijo Maldonado.
“De respeto entró a una tienda, y veo…, madre santísima, y estos caballeros, donde me los encuentro. y dije me gusto ese caballero”, siguió contando su experiencia.
Y fue muy bien atendida por el personal del local. “Si me dijo (la vendedora) este tiene una particularidad, es muy moderno, y este otro pequeñito que está acá, y le dije, deme los dos”, reveló.
Además, le dieron todas las instrucciones. “La carga es distinta me dijo, porque usted tiene el cargador, tiene dos pinchitos, que los tiene que pegar, hace contacto y se carga, me dijo parta con el grande y póngalo en el uno, y posteriormente vas graduando, cuando ya te acostumbres”, afirmó.
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Incluso, llegó a contar que sus juguetes sexuales fueron bautizados por ella. “Así que yo les puse nombres, el más grande se llama Frank Sinatra, y el otro que es más chiquito, se llama Dean Martin”, expresó sin problemas.
“Ellos actúan, entonces cuando me entra el ángel malo, o el ángel cochino, el ángel me dice hoy me toca con Frank Sinatra, lo tengo en mi velador, abajito en un mueble. no me pregunta nada, lo paso el descueve, y no molesto a nadie”, agregó.
Aunque también aseveró que tiene otro tipo de encuentros. “No le quiero exigir a mi viejo, ojo, a veces le digo, si Frank Sinatra, también se cansa, ahora le toca a usted, y hace su esfuerzo, pero no es lo mismo, le cuesta un poquito, para no exigirle, porque le cuesta”, finalizó toda picarona.