Si en 2019 la figura de Pedro Pascal ya comenzaba a granjearse un nombre en la multimillonaria industria de Hollywood, gracias a sus apariciones en filmes como “Kingsman” o el “El justiciero 2″, y populares series como “Juego de tronos”, “El mentalista” o “Narcos”; Andrés Pascal, un joven ingeniero nacional, daba sus primeros pasos en la música nacional, de la mano de un incipiente género urbano.
Un diametral salto que, sin embargo, demuestra que los tentáculos del clan Pascal abarcan las más variadas expresiones públicas (como lo hace en el mundo político Maite Orsini, por ejemplo) y artísticas en el país.
El parentesco de Estro con Pedro Pascal
“Fuera de la música me dedico a mi carrera, de hecho tengo hasta un magíster. ¿Por qué me lancé con la música? Siempre me gustó, tocaba instrumentos, pero nunca había publicado nada. En ese entonces estaba en un trabajo que no me gustaba nada y me mataba la creatividad. Estaba deprimido, entonces necesitaba sacar toda esa creatividad y esas emociones. Eso me motivó a comenzar esta carrera”, cuenta Estro, quien en conversación con hoyxhoy.cl dio cuenta de su, hasta ahora, desconocido parentesco con una de las mayores figuras cinematográficas de la actualidad en el mundo.
“Tenemos un vínculo, pero es lejano”, reconoce Pascal.
“La historia es súper loca. Yo nací exiliado, nací en Cuba, después viví en Argentina y en México, y llegué a Chile cuando tenía cinco años. Mi papá, que también se llama Andrés, era primo de la mamá de Pedro Pascal. Ellos también se fueron exiliados y, en parte, fue porque en la dictadura ayudaron a gente a refugiarse. Uno de ellos fue mi papá, o sea mi papá me tuvo porque ellos le salvaron la vida”, prosigue el artista, quien pese a la lejanía igual se las ingenia para compartir el mismo círculo familiar del actor.
“A Lux (hermana de Pedro) la he visto más, aunque no existe una relación como de ‘hola, prima’. Pero sí hay un puente. A mí me encantaría reconectar con ellos. O sea, Pedro Pascal a estas alturas ya es muy famoso, entonces sería muy interesado de mi parte reconectar con él. Pero con Lux o con el Nico, que es el otro hermano, igual sería bacán conectar”, confiesa el cantante, quien por estos días navega entre el estilo urbano y otras expresiones musicales.
“Ponte tú, cuando chico yo escuchaba Jamiroquai y Earth, Wind & Fire. Me gusta mucho el pop, de hecho empecé haciendo urbano pero después el Keysel, que es el productor con el que más trabajo, me dijo que llevara mi proyecto para el pop porque eso es lo que soy. Al final ese es mi perfil”, agregó.
“Yo no consumí urbano desde temprano. Yo escuchaba rock, pop, la típica música de los noventa. Pero los escuché a ellos y me empezó a gustar ese sonido del Auto-Tune. También me llamó la atención su accesibilidad y ese ritmo rápido que tiene, porque necesitas pocas cosas para grabarte y publicar”, indica Estro, quien encontró en Polimá Westcoast y Nvscr, sus inspiraciones en el género. Uno del que se siente algo lejano debido a su edad (tiene 33 años).
“Como trabajo, mis tiempos son más limitados, además que también soy de otra generación. Estoy pasado de los 30, los cabros están en sus 20. De repente me ha pasado que voy al estudio y se quedan trabajando de las 11 a las 6 de la mañana, mientras que yo me tengo que ir temprano porque tengo que trabajar. En esas cosas me siento como una parte no tan integrada de la escena. Además, siento que tengo otro perfil, soy profesional. Hay muy buena onda, pero siento como que soy ajeno. Tengo muchos amigos que son más urbanos, que vienen más de la calle. Es otro perfil, así que en ese sentido a veces siento que no entro tanto. Aunque eso da igual, me da otra identidad en la música”, finalizó.