El ingreso al reality Gran Hermano de Mónica Ramos, una adulta mayor de 77 años, generó empatía en los cibernautas, quienes rápidamente le dieron su apoyo y quisieron adoptarla como su propia abuela. Sin embargo, fue una joven que dice ser su nieta quien la funó en redes sociales.
PUBLICIDAD
Esto, por ser “encubridora” de su padre, quien sería un deudor de pensión de alimentos.
“Esta señora es mi “abuela”, pero jamás le he dicho así. Es la mamá de mi papá, un papito corazón que le debe 22 millones a mi hermano, hay demanda hace años y no ha pagado nada. Soy testigo cómo ella ha encubierto a su hijo. Además somos tres hijos, en el video menciona solo a dos sus nietos (hijos de mi tía), porque nosotros jamás existimos para ella”, publicó la joven, desde la cuenta @dandelalu.
Producto de ello, llamó a los televidentes a no idolatrarla, puesto que no sería una abuela tan tierna ni amorosa como se ve en TV.
“No idolatren gente que no conocen, ella es una encubridora y ha echado en múltiples ocasiones a mis hermanos de su casa cuando han ido para defender algo justo”, acusó.
¿Quién es Mónica Ramos?
Vive en la comuna de La Florida, Región Metropolitana. Pensionada y comerciante de la feria.
Tuvo una infancia feliz junto a sus padres. Desde pequeña trabajó ayudando a su madre, luego fue ascensorista y ahí conoció a su marido. Se casó y tuvo tres hijos. Hace años se dedica a vender todo tipo de artículos en las colas de las ferias libres.
PUBLICIDAD
Le encanta bailar tango, aprendió con su papá y por mucho tiempo el nieto fue su compañero de baile.
Participa en dos grupos de la tercera edad, uno llamado “unidos por el recuerdo” y en el otro, se juntan a tejer para niños con cáncer del Hospital Sótero del Río. Esos son los espacios en los que crea, ríe y es el “alma de la fiesta”.
Para ella, entrar al reality Gran Hermano significa un renacer y enfrentarse a la experiencia más desafiante de su vida, describieron desde CHV.