Rafael Garay reapareció este jueves en “Contigo en la Mañana”, programa donde fue entrevistado por Monserrat Álvarez y Julio César Rodríguez sobre la querella presentada contra su expareja, Valeria Bancalari, a quien acusó de violación de morada y amenazas.
Después de reconocerle a JC que le había mentido en una oportunidad, el cuestionado empresario respondió a unas preguntas de la conductora, momento en que el ambiente se podía cortar con cuchillo.
Sin pelos en la lengua
Luego de escuchar atentamente las pruebas que tenía el ingeniero para acusar a su exesposa, Monserrat le preguntó: “¿Tú no tuviste una relación con algo de violencia y agresividad con ella? Porque tú dijiste que la habías conocido a ella en medio de un proceso penal que ella estaba viviendo. Es decir, para ti no fue una sorpresa que ella estaba siendo investigada y formalizada por un tema de armas”.
Recordemos que Bancalari fue una de las imputadas en el Caso AK-47, donde se pretendía comprar un fusil de guerra para “resguardarse” de los manifestantes durante el estallido social.
“La verdad, es que la chichita con la que estabas curando la tenías ahí. No te puede sorprender que ahora ella es violenta contigo”, le lanzó Álvarez directo al hueso.
Garay contesta
“Cometes dos errores. Te lo voy a decir en muy buena onda, Monse. Primero, la tenencia de armas que ella me contó, que eran del marido y que estaban en la casa, no la hace responsable. Y segundo, que alguien acumule municiones en la casa, no la convierte automáticamente en una persona violenta. Lo que pasa es que, con el paso del tiempo, yo empecé a descubrir ciertas cosas”, le respondió Garay.
Pero luego de eso, la cosa se puso bien tensa. “Pero no digas que me equivoco en ese sentido. Yo te estoy diciendo que, cuando uno se mete en una relación con alguien y sabe que esta persona está siendo investigada porque tiene municiones y porque su marido está siendo investigado. Es un criterio, de lo que hay en ti de protegerte de estas personas”, insistió en su teoría la conductora del matinal.
“Sí, lo que pasa es que tuviste que haber pasado tres años y medio en la cárcel y darte cuenta que no tienes a nadie al lado tuyo, que tus amigos te dieron vuelta la espalda y no tienes con quién relacionarte. Es penca lo que voy a decir, pero nadie me fue a ver a la cárcel y cuando salí nadie me dio una mano”, cerró Rafael Garay, según consignó La Hora.