Tanto los teléfonos móviles como la hipertensión son protagonistas principales en los últimos tiempos en cada una de sus facetas. Los artefactos comunicacionales inteligentes crecieron a pasos acelerados debido al drástico avance tecnológico, pero de manera negativa la enfermedad de presión arterial aumentó significativamente el riesgo de que una persona sufra un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, por ello, se considera una de las principales causas de muerte prematura a nivel mundial.
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Aunque una no tiene nada que ver con la otra, una investigación demostró que ambas pueden llegar a tener similitud ya que el hablar por teléfono más de media hora cada semana puede aumentar las posibilidades de desarrollar hipertensión, enfermedad que afecta a alrededor de 1.300 millones de personas de 30 a 79 años según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aumento de probabilidades de hipertensión
La investigación fue publicada por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) en European Heart Journal-Digital Health, advirtiendo el peligro de usar de manera prolongada el teléfono celular a diario y en la semana, resaltando que dichos artefactos eléctricos emiten bajos niveles de energía de radiofrecuencia y esto se relacionó con aumentos de la presión arterial tras utilizarlo durante 30 minutos o más a la semana.
El autor principal del estudio, Xianhui Qin, de la Universidad Médica del Sur en Guangzhou, China, explicó que “Es la cantidad de minutos que las personas pasan hablando por un teléfono móvil lo que importa para la salud del corazón y más minutos significan un mayor riesgo”.
Los investigadores evaluaron la relación entre hacer y recibir llamadas telefónicas y la hipertensión de inicio reciente utilizando datos del Biobanco del Reino Unido, que incluían a 212.046 adultos de 37 a 73 años sin hipertensión. Durante el seguimiento, se detectó que aquellos que hablaban por su teléfono celular durante 30 minutos o más por semana, tenían un 12% más de probabilidades de tener presión arterial alta de nuevo inicio que los participantes que lo hacían durante menos de 30 minutos. Los resultados fueron similares para mujeres y hombres.