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Lizardo Garrido recuerda cuando le diagnosticaron leucemia: “Les dije a mis hijos que no quiero más guerra, no me quedo acá”

Ahora el ídolo albo se encuentra con el cáncer controlado, en medio de tratamientos.

Este domingo, en “De tú a tú”, Martín Cárcamo viajó a la viña El Cuadro de Casablanca para conversar con el exfutbolista Lizardo “Chano” Garrido. El ídolo de la Copa Libertadores de 1991 partió recordando sus inicios en el fútbol fueron a los 13 años cuando se fue a probar a Colo Colo. “Yo era flacuchento y decían ‘Éste no salva a nadie’, y me dejaron fuera. Me rechazaron 5 veces”, reveló. También se probó en Unión Española y en Universidad de Chile. Finalmente a los 15 años quedó en juveniles de Colo Colo.

Cuando lo mandaron de préstamo a Colchagua y luego a Trasandino de Los Andes fue que conoció a Myriam, a los 19 años. “Nos casamos con las patas y el buche, no teníamos ni uno. Todo lo mío era incierto, yo jugaba en segunda división”, indicó.

Según sostuvo, Myriam fue el gran pilar en su vida desde ese momento. “Yo creo que le debo todo a ella en el fútbol. Me permitía jugar tranquilo, entrenar tranquilo. Y yo fui bien egoísta con ella, porque ella quería estudiar, pero empezaron a aparecer los hijos, y yo era súper aprensivo. Ella lo tenía todo bajo control”, dijo.

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Emocionado tras ver un video de su esposa, Lizardo recordó cuando se le diagnosticó el cáncer. “Fui un poco cobarde, porque la vio un oncólogo y yo debería haberle preguntado la gravedad de esto. Pero yo no quería que me dijeran, porque olfateaba que venía mal la cosa. Y me dicen que tiene un cáncer al pulmón”, contó “Chano”, añadiendo que el golpe para la familia fue terrible: “Cuando le cortaron el pelo ahí fue muy difícil, muy fuerte, para ella fue brutal. Y ahí empezó todo este martirio”.

Tras el fallecimiento de Myriam, en 2018, las consecuencias para él mismo fueron inmediatas. “A los 18 o 20 días empecé a sentir una angustia fuerte y un dolor en el pecho. Mi hijo asustado me decía que fuera a la clínica. Partí, llegué justo y me dio un infarto. Estuve 10 días en la clínica. Creo absolutamente que fue de pena, yo lloraba todos los santos días. Después del infarto seguí igual”, reveló el futbolista.

Tras un año de llanto, sin embargo, volvió a encontrar el amor, lo que le permitió salir adelante tras esa gran pena. Según confesó, a esa nueva pareja la conoció en realidad 30 años antes, cuando ella llegó a hacer una clase de aeróbica en una fiesta del Día de la Madre a Colo Colo. Se reencontraron recién cuando ella vio en un diario sobre su infarto. “Me llamó, le conté lo que me pasó. Me habló por un año o año y medio, aguantó todos mis llantos y mis penas, todos los días llamándome. Seguimos siendo amigos por dos años”, narró, agregando que “yo lo siento como un regalo de la vida. Vilma tiene muchas cosas parecidas a Myriam, es súper partner, súper compañera”.

Pese a su nueva felicidad, el cáncer volvió a su vida, ahora a la de él, primero manifestado en lesiones a la piel. “A mí me salió un herpes, se me manifestó con unas rayas rojas en el estómago, espalda y brazo izquierdo. Eso en la noche me quemaba”, contó. Tras muchos exámenes, descubrió que era leucemia.

Su leucemia

“Cuando me dijeron cáncer a la sangre ahí me desmoroné y me caí”, admitió, y añadió que cuando llamó a sus hijos para contarles tomó una decisión drástica. “Les dije ‘Tengo leucemia y no quiero más guerra, no me quedo acá’. Les dije que iba a hablar con el doctor para que me mandara para la casa con algo paliativo. No me daba el cuero para estar acá nuevamente, otra vez toda la historia de Myriam en la clínica. Les dije a mis hijos que yo no me quería tratar, no quería sufrir. Ellos me dijeron ‘Si tú quieres esto, te lo respetamos’”, confesó.

Finalmente cambió de opinión y accedió a tratarse, principalmente por el cariño recibido. “No dimensionaba lo querido que era. Me llegaban 600, 700 WhatsApps diarios, mensajes de todo el país. Hasta el día de hoy no puedo creer el amor de todos”, dijo emocionado el ex crack de Colo Colo, quien en el programa recibió saludos de sus ex compañeros como Carlos Caszely, Jaime Pizarro y Patricio Yáñez.

Tras un tratamiento de células madre en un trasplante de médula donada por su propia hija, el deportista fue dado de alta. “Ella me prolongó la vida”, relató sobre María José, “yo le dije al doctor que si esto le iba a hacer daño a ella o a su hija que le estaba dando pecho, no lo hiciéramos”.

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Según contó, su enfermedad la tiene bajo control actualmente. “Ahora estoy súper controlado, con médico, con quimio en pastillas, todos los días. Me siento mejor, aunque hay días en que no me puedo levantar y no tengo ganas de nada. No tengo células cancerígenas en mi médula, pero esto me tiene súper invalidado”, indicó acerca de su estado actual, agregando que el tratamiento lo tiene “tiritón por los temblores, tomo 12 pastillas”.

“Yo creo que di la lucha, di la batalla por mi familia, mis amigos, por los mensajes que me daba la gente. Hay que tener aguante para soportar estas cosas que me han pasado”, sostuvo.

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