La predicción que realizó la tarotista Vanesa Daroch en el mes de enero, se hizo realidad. Predijo que “el monstruo se comería a alguien” y fue precisamente lo que le ocurrió a Belén Mora, quien pasada la mitad de rutina comenzó a escuchar las primeras pifias cuando se metió, literalmente, en una selva. Contó la historia de una mujer que quería convertirse en madre leona, a punta de preparar una ensalada de lechuga y fue el principio del fin.
PUBLICIDAD
A los primeros minutos conquistó al público, mayoritariamente adultos y en pareja, que la reconocían de su paso por el programa de Mega, Morandé con Compañía.
Tuvo momentos álgidos, al bromear con la relación entre José Luis Repenning y Priscilla Vargas, tallas a José Antonio Neme que ahora “está más buena onda” y el trabajo de La Jueza resolviendo casos judiciales. Luego, al contar la historia de su hijo en etapa de pubertad, con las hormonas a flor de piel. Hasta ahí, aprobada.
Sin embargo, los chistes sobre la maternidad sacaron risas a momentos, sin lograr altas carcajadas ni risas constantes. Solo pequeños chispazos, que permitían mantener al monstruo en calma.
Pero, fue casi pasados los 30 minutos de rutina, cuando Belén Mora disfrutaba de una buena relación con el público cuando decidió hablar de la famosa ensalada de lechuga, que se convirtió en su verdadera pesadilla y la gente, literalmente no se la tragó, puesto que se convirtió en una historia eterna con escasos remates.
Y llegaron las pifias, las cuales aumentaron de manera gradual, hasta hacerse una ácida realidad. Las cámaras de prensa se prendieron apuntando al público, quienes se dividían entre pedir su salida y apoyarla con aplausos, ante el camino que se ponía cuesta arriba.
“Me encanta que se expresen”
Despidió su show, agradeció a la gente y los animadores Martín Cárcamo y María Luisa Godoy le entregaron la Gaviota de Plata, puesto que el público así lo quiso. El problema, fue que el reconocimiento se lo entregaron como una manera de que su salida del escenario fuera de buena manera. Sin embargo, no se bajó y se arriesgó con el bis, desatando la decepción de la gente que ya no estaba dispuesta a seguir escuchando los chistes, que cada vez tardaban más en llegar.
PUBLICIDAD
Pero, Belén Mora la remó hasta el fin. Generando admiración y angustia por partes iguales. Escuchó las pifias, guardó silencio por unos largos y tensos segundos. Y continuó hasta rematar y dar por terminado su show.
“Me encanta que se expresen, esa es la idea. Los comediantes dependemos del público, no del día que toque, del público, agradezco la experiencia que he vivido, me voy con el mejor de los recuerdos, fueron maravillosos, espectaculares y me voy a llegar a tomar las piscolas a mi casa”, cerró como una mamá leona, levantando la Gaviota de Plata que recibió, antes del fatal bis.
¡Íbamos tan bien!.