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“Es de miserables”: La curiosa defensa de Cristián de la Fuente a Jaime Bassa

El actor, que no lo ha pasado muy bien tras su infidelidad, empatizó con la traición que sufrió el exconvencional.

Hace unos días se dio a conocer la puñalada en el corazón que recibió el exconvencional Jaime Bassa, quien producto de sus convicciones políticas fue sacado de su banda musical en la cual cantaba hace una década, y lo cambiaron por otro vocalista. Debido a esta traición, el actor Cristián de la Fuente le prestó su apoyo, a pesar de ser de bandos contrarios, empatizando con el difícil momento que está pasando, al igual que él post escándalo en México.

La llamativa defensa llegó luego que un tuitero considerara que el músico estaba siendo acosado por su tendencia política, recibiendo el sorpresivo apoyo del actor, quien propulsor activo del “Rechazo”.

“Encuentro asqueroso el nivel de acoso en contra de Jaime Bassa. Puedes diferir políticamente con él o de su trabajo en la convención pero burlarse del mal momento personal de una persona es de miserable y no tener valores”, publicó en la red social.

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Ante esto, de la Fuente compartió el tuit en las historias de su Instagram e incluso, trató al joven de “compañero”, al más estilo revolucionario.

“Toda la razón compañero. Burlarse del mal momento personal de alguien, solo porque difieres de su pensamiento político, es de MISERABLES”, escribió con mayúsculas. “Muy bien dicho”, agregó.

“La política pone a prueba la lealtad”

Fue hace unos días que el abogado contó cuando su banda lo traicionó y le hizo creer que el ciclo se había terminado para todos. Pero, después se dio cuanta que el fin fue solo para él.

“Hace un par de meses, palabras vacías anunciaron, sorpresivamente, el fin. Después de diez años, un WhatsApp fue suficiente. Pero había más. Después supe que siguieron juntos, ahora con otro nombre y nuevo vocalista”, contó el abogado a LUN.

Además, agregó. “la política pone a prueba las convicciones y, en especial, la lealtad de las personas, no sólo con otros, sino con ellas mismas. Los intereses en juego y las presiones son brutales”,

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