La animadora del matinal “Contigo en la mañana” de Chilevisión, Monserrat Álvarez, desclasificó una anécdota que tuvo con Álvaro Rudolphy, cuando este era su jefe en la pizzería que trabajaba los días domingo, en la época de los 80. Experiencia laboral que terminó de la peor manera, puesto que el actor la despidió y la dejó patitas en la calle, tal como si fuese Armando Quiroga, su temido personaje de la teleserie de Mega “Perdona nuestros pecados”.
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“Me echó de la pega, nunca se lo he perdonado”, confesó la periodista a su colega Julio César Rodríguez, quien no perdió la oportunidad para chacotear con el asunto, señalando que Rudolphy “actuó mal ahí”, disparó.
“No sé por qué me echó”, dijo en un comienzo, aunque después explicó los motivos que podrían haber gatillado la salida de su trabajo temporal, donde llegaba en moto, con su casco “con olor a pelo”, relató.
Según confesó Monserrat, ese domingo negro para ella, había peleado con su pololo, quien se apareció por la pizzería para ponerse en la buena y hacer las paces, motivo por el cual terminaron a los besos frente a los clientes del local y al implacable jefe, quien hacía de administrador, puesto que aún no daba el salto televisivo.
“Llegó mi pololo, salí a la calle a hablar con él y nos dimos un beso delante de los clientes. Álvaro me echó ese mismo día”, relató, aunque según especificó después, al parecer fue más de un beso.
“Me encontró en una actitud desubicada para una garzona en ese momento”, reconoció respecto al abrupto despido, donde trabajó un año y medio. “Hoy es tu último día laboral”, le habría dicho el actor. Frase que Rodríguez tampoco dejó pasar y se anotó con una segunda tallita en el recuerdo de su compañera.
“Ojalá no nos digan eso acá”, bromeó el animador, tras la guerra entre matinales que se desató con la llegada de Karen Doggenweiler a Mega y la pronta incorporación de José Luis Repenning y Priscilla Vargas al matinal de Canal 13.
“Nunca se lo he perdonado”
A pesar de haber transcurrido 34 años de aquella experiencia laboral, Monserrat reconoció en tono de broma que “nunca se lo he perdonado” y cada vez que se lo encuentra le enrostra la decisión a quien también fue su cuñado, puesto que terminó saliendo con su hermana, quien siguió en el trabajo, mientras ella tuvo que buscar un nuevo empleo, pero con el corazón contento.