El cantante, Luis Jara reveló en el programa de “De tú a tú”, conducido por Martín Cárcamo una divertida anécdota personal que vivió en sus tiempos mozos, junto a nada menos que a Don Francisco en Miami, puesto que el cantante se quería parecer a su tocayo Luis Miguel y el animador de “Sábado Gigantes” lo llevó a comprarse unas camisas espectaculares, para que cumpliera su deseo, pero sus precios estaban muy lejos de su alcance económico.
“Yo tenía esta especie de obsesión por parecerme a Luis Miguel, qué hue… Entonces yo bajaba de peso, me hacía el jopo. O sea, no era tan hue…, pero en rigor quería ser parte de la moda del cantante latino”, comentó el cantante.
“Le digo esto a Don Francisco y me dice ‘yo tengo una picá pah comprarte camisas’. Una ‘picá’ (ríe). Esos negocios que había que tocar el timbre. ‘¿Quién es?’. ‘Mario Kreutzberger’. ‘Adelante don Mario’. Ese nivel de negocio”.
Se trataba de una exclusiva tienda de la marca Coral Gables que harían sentir al exrostro de Mega como un artista nacional. Sin embargo, en esos tiempos su presupuesto era limitado.
“Nosotros no teníamos ni uno. Y me empecé a probar camisas espectaculares, la verdad es que era una más linda que la otra, de seda, caían, con lunares, yo me miraba al espejo y me hacía así, un imbécil… Y de repente digo ‘me llevo seis’. Y Mario se fue, hue… Me dijo ‘te dejo acá con todos los vendedores’. Y se fue con su caminar”, confesó entre risas, porque andaba con las chauchas justas.
“No tenía ni para tomar un taxi”
“El gallo las envolvía y yo dije ‘deben costar unos cincuenta dólares. Igual voy a ir al Festival de Viña, vale la pena la inversión’. Me dan la cuenta y 2.200 dólares por seis camisas. Y cómo le iba a decir… Yo hoy día le hubiera dicho ‘mire, amigo’, hoy día no tengo ningún problema, ‘papito, no. Están muy lindas sus camisas, dígale a Don Francisco que otro día vengo’, aseguró.
“Eso le diría hoy día sin ningún problema. Pero en ese tiempo yo tenía 27 años, todo me daba susto, cómo iba decirle que no me las llevaba. Le paso la tarjeta, por dentro lloraba. No quería ni siquiera contarle a la Silvana lo que había hecho”, señalaba con ataque de risa.
El problema fue cuando salió del lugar y estaba solo, sin un peso para devolverse.
“Me deja afuera y yo no tenía auto. Salí de la tienda con 2.200 dólares en camisas, pero no tenía ni para tomar un taxi, e hice dedo desde la tienda, ‘oiga, ¿me lleva?…’”, bromeó respecto a anécdota que vivió en su anhelo de parecerse a Luis Miguel.