Durante el 2020, Rafael Araneda y Marcela Vacarezza anunciaron públicamente la adopción de cuarto hijo Benjamín, que después de un largo proceso, que duró dos años, pudo formar parte de manera legal de la familia del conductor de TVN.
Según la información consignada por Tiempo X, el animador junto con su pareja recordarán todo lo que tuvieron que pasar para sumar al menor a su clan familiar en un capítulo de “La Divina Comida”.
Todo comenzó cuando el curso su hija Florencia fue de visita a un hogar de ancianos, en donde conoció otra realidad y posteriormente, fue a un hogar de niños.
“Yo conocía un hogar y las contacté, para que fuesen en esa visita. Además, nosotros prestamos el auto e hicimos el traslado para que fuera todo el curso, fuimos los dos (con Marcela) más otras mamás”, explicó.
La primera conexión con Benjamín
La visita al hogar cambió todo en la familia Araneda Vacarezza, ya que desde el primer momento sintió una “indescriptible conexión” con el pequeño que en ese entonces tenía tres meses.
“Me dice la Marcela, mira ven para acá, por favor, y yo entro y hay una sala cuna, llena de cunitas perfectas, todas preciosas, y de repente por esas cosas, sin que nadie me diga nada, miro una cuna y ahí estaba el hue..., y se me pega”, comenzó a contar el animador.
“Y a ella le había pasado lo mismo. Yo sentí un corrientazo de electricidad, de energía, de conexión, y yo dije este hue... es hijo mío. No sé qué hace aquí, y a ella (Marcela) le había pasado lo mismo”, añadió.
Adoptar en Chile
Sin embargo, Rafael comentó que este proceso no fue fácil, porque duro casi dos años el gran trámite. En otras palabras, conocieron a Benjamín cuando tenía tres meses y recién pudieron concretar la adopción cuando el menor tenía 1 año y ocho meses.
“El sistema es una tortura psicológica permanente, es súper frío y el proceso jurídico, el debido proceso está bien hecho, pero es muy lento”, confesó.
Mientras que Marcela, agregó que “al ser lento es una crueldad, porque el niño crece, y después el que quiere adoptar no quiere al niño crecido, y es súper cruel. Yo ya no quiero el niñito que yo lo conocí guagüita y ahora tiene cuatro años”.