La nueva película del cineasta Pablo Larraín, “Spencer”, aún no ve la luz de las salas de cine, pero de igual manera, el público quiere ver cómo el chileno plasma la vida de Diana de Gales, sobre todo conocer sus problemas con el Príncipe Carlos en una de las residencias reales.
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El film será protagonizado por Kristen Stewart, quien se hizo conocida tras interpretar el papel de Bella Swan en la saga Crepúsculo, pero en esta ocasión actuará como una de las princesas más queridas de la realeza, Diana de Gales.
“Siempre sentí que Kristen era inquebrantable, sólida, muy segura tras una larga preparación, y eso nos dio seguridad al resto del equipo. Cuando en Venecia conté esto, ella me respondió: ‘¡No, yo estaba aterrada! Pero te vi a ti seguro y me aferré a ello’. En fin, vimos en el otro lo mismo, cuando estábamos asustados”, expresó Larraín sobre la actriz.
Actualmente, el director se encuentra en Londres promocionando lo que será “Spencer”, y desde la otra parte del mundo nos confidenció que: “Los británicos la ven de otra manera, obviamente. También creo que a ellos, que están muy acostumbrados a contar historias de sociedades que no son la suya, les parece interesante que alguien de fuera aborde temas muy cercanos a ellos. Me preguntan si la película va a causar controversia. Hay elementos... tal vez peligrosos”.
De igual manera, Larraín comentó el potencial cinematográfico que poseía la Princesa Diana, a quien le tuvo que dedicar 2 años de investigación. “Me di cuenta de que cuanto más información tenía, menos sabía”.
“La presión que soporta Diana recuerda a la de la protagonista de ‘La posesión’, de Andrzej Zulawski. El pánico nace de la proximidad, no de la distancia. Déjame acotar que no es una película de género, no es ‘El resplandor’. Aquí el personaje tiene una crisis interna que se suma a lo que le rodea: es una ficción basada en dos formas de pánico”, agregó.
Pablo la describió como un personaje interesante y seductor, “El misterio que envolvía a Diana es seductor. Es una paradoja que aumenta el interés cuanto más incomprensible es. Para el cine, eso es valioso: los espectadores tienen una imagen previa de Diana y tras ver la película cada uno crea su versión. Spencer deviene en un disfrute privado en que el público aporta su autobiografía. Una maravillosa interrelación”.