El músico Claudio Narea lanzó potentes revelaciones respecto a su relación con Jorge González y Miguel Tapia, con quienes conformó la histórica y trascendental banda de rock Los Prisioneros.
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En los próximos días se estrenará una nueva edición de “Los Prisioneros: Biografía de una amistad”, libro en el que Narea cuenta desde su óptica la historia de la icónica banda. En esta ocasión, el relato del guitarrista incluye nuevos episodios: su reconciliación con González y el quiebre con Tapia.
“Jorge me escribió desde una cuenta con un nombre que no voy a revelar, y que en el libro lo describí como ‘anónimo’. Así como en 2016 Miguel le dio mi email a Jorge y él me escribió desde un correo con el nombre de Félix Leonino, ahora tenía otro pseudónimo que tiene que ver con él”, cuenta Narea en la nueva edición de su libro, al que tuvo acceso La Tercera.
“Al recibir los primeros mensajes por Instagram, dudé. Aunque después se fue afianzando la idea de que quien estaba detrás de esto era Jorge González. Eran sus palabras, sus historias, no me cabía duda. En el momento en que comenzamos a hablar de Los Pseudopillos ya me quedó claro”, continúa.
En la misma línea, Narea relata que “con Jorge hemos hecho las paces. Esto es algo que no imaginé que podía suceder y ocurrió por motivación de él. Jorge desde hace tiempo tenía ganas de hablar conmigo. Hace cinco años me envió un correo muy breve y raro, que respondí y ahí quedó todo, porque no respondió más”.
“Creo que hablar fue positivo para los dos. Hubiese sido bueno visitarlo, yo estaba dispuesto, aunque de todos modos el encuentro ahora es posible”, agrega.
Al proseguir con su relato, el líder de “Profetas y Frenéticos” sostiene que “yo todo el rato le cuestioné que tenía que confirmar que era él. Pero incluso me dijo que le gustaría que fuera a verlo a su casa, con uno de mis hijos, pero después se retractaba porque me decía que ‘los periodistas iban a aparecer’. Hablamos de cosas que nadie más que nosotros dos sabíamos. Fue un mes de conversaciones y en tono amistoso”.
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“La comunicación con él, en teoría, está abierta. Nosotros éramos muy amigos, sin embargo, él de pronto convenció a la gente que éramos enemigos. El ahora tiene mi teléfono y yo el suyo. Yo sé que él está tranquilo respecto de las cosas que me dijo y viceversa. Creo que hablar fue positivo para los dos. Hubiese sido bueno visitarlo, yo estaba dispuesto, aunque de todos modos el encuentro ahora es posible”, añade.
El quiebre con Miguel Tapia
En cuanto al quiebre con Miguel Tapia, Claudio Narea explica que “yo quería seguir tocando con Miguel. Para mí fue sorpresivo que dijera que se retira de los escenarios. Yo esperaba solucionar los temas con él, pero el discurso prisionero es incoherente si hay chanchullos por debajo”.
Esos “chanchullos” a los que hace referencia Narea tienen que ver con el acuerdo comercial de Los Prisioneros con la plataforma Movistar+, para realizar una serie con su historia.
“Él inscribió la marca Los Prisioneros en los 80, pero ahora la ha usado para su propio beneficio. No sé si es venta, cesión o arriendo, pero llegó a un acuerdo en solitario para que contaran nuestra historia, que es la de Jorge, Claudio y Miguel. Y cobra él no más, pero los ingresos deben ser para todos”, manifiesta.
“La avaricia no es buena compañera, y sobre todo en este caso, porque el discurso sobre injusticias y desigualdades que hemos tenido siempre no queda nada bien en la voz de una persona que se apropia de algo colectivo, de algo que es de cada uno de los miembros de Los Prisioneros, aunque la banda no exista como tal”, agrega Narea en su libro.
Por lo mismo, quien fuera el guitarrista de Los Priosioneros sentencia que “es inconsecuente ir con el discurso prisionero durante el estallido social y quedarse con toda la plata (…). En todo caso no tengo nada contra la nueva serie y tampoco es que con Miguel hayamos peleado ni discutido en mala, sino que simplemente cada quien toma sus decisiones. Pero no tiene sentido hacer ningún concierto más con él, porque solo ve su interés personal y no puedo tocar con alguien así… Narea y Tapia no van nunca más”.